Los Reyes botan en Ferrol el mayor buque de la historia de la Armada

Los Reyes botan en Ferrol el mayor buque de la historia de la Armada

La Armada española contará dentro de un año con el mayor barco militar de su historia, después de que mañana Sus Majestades los Reyes y los Príncipes de Asturias presidan la botadura del buque de proyección estratégica «Juan Carlos I». Una vez que el buque sea botado, tendrá que pasar un año para que la Armada instale los equipos tecnológicos necesarios para cumplir con su función. Posteriormente, Navantia, la empresa que lo ha construido, lo entregará definitivamente a la Armada.
Para las Fuerzas Armadas españolas, es especialmente importante contar con un buque de estas dimensiones, que se enmarca dentro del proceso de planeamiento de la defensa militar. En los organismos internacionales en los que España participa, la potenciación de la capacidad de proyección estratégica es una acción prioritaria. Este buque viene a aumentar esta capacidad estratégica, ya que para llevar a cabo misiones de proyección de la estabilidad es necesario contar con medios adecuados, como este buque.
El barco multiplica por cuatro las funciones del actual portaaviones «Príncipe de Asturias», al que sustituirá cuando no se encuentre operativo. Mientras que éste sólo puede ser utilizado como portaaviones, el nuevo barco puede ser utilizado como portaaviones, operaciones humanitarias no militares, transporte de fuerzas del Ejército de Tierra y de Infantería de Marina.
En el nuevo buque se ha realizado una inversión de 360 millones de euros, pero a esta cantidad hay que sumar la inversión que realizará la Armada en adaptar el barco a las necesidades militares. El programa de construcción de este buque, que se inició en 2005, ha empleado nuevos desarrollos y técnicas de alto nivel tecnológico, cuya aplicación ha supuesto un considerable avance a las empresas españolas.
En relación a las características técnicas del barco, el de mayor tonelaje y dimensión de la Armada, hay que destacar que tiene una capacidad máxima total para albergar 1.435 tripulantes, de los que la mayor parte, 890, corresponden a las fuerzas embarcadas; 247 a la dotación del buque, 172 a la unidad aérea embarcada, 103 al Estado Mayor y 23 al Grupo Naval de Playa. Dependiendo de la misión que esté realizando el barco, tendrá una u otra dotación.
El buque monocasco está construido en acero y tiene una isla a estribor y espacios necesarios para el transporte de personal y material. Cuenta con cuatro cubiertas principales: una de dique y garaje para vehículos y material pesado, una principal de habilitación, otra de hangar y garaje para vehículos y material ligero y una cubierta de vuelo. Tiene dos ascensores principales de aeronaves para poder operar con aviones del tamaño Joint Strike Fighter, que comunican el hangar y el garaje de vehículos y material ligero con la cubierta de vuelo: uno a popa de la cubierta de vuelo y el otro a proa de la isla en el costado de estribor.
La velocidad que puede alcanzar es de 20 nudos en condición de plena carga, incluyendo un marco de futuro crecimiento cuando esté operando como portaaviones. Su autonomía es de 9.000 millas, lo que le permite desplegarse en zonas de operaciones sin apoyo externo. Además, cuenta con plantas frigoríficas suficientes para una autonomía logística de 50 días. La capacidad aérea permite que puedan operar aviones y helicópteros como el AV-8B Bravo Plus y el AB 212, entre otros. La cubierta dispone de espacio suficiente para que cuatro helicópteros tipo CH-47 Chinook puedan efectuar operaciones de toma y despegue al mismo tiempo. En esta cubierta de vuelo hay una pista de rodadura y el buque es capaz de soportar operaciones de vuelo diurnas y nocturnas con vuelo instrumental.
En cuanto a las operaciones no bélicas, éstas cubren el espectro que va desde todo tipo de ayuda humanitaria hasta la concepción del buque como un centro de coordinación de autoridades civiles en cualquier catástrofe.