Isabel de Angulema y Hugo X de Lusignan

Estamos a comienzos de S. XIII, en Francia. Se iban
a casar Hugo de Lusignan, que era un conde (el conde de la Marche), con una muchacha llamada
Isabel de Angulema, de familia también muy noble (por ese tiempo tenía doce
años la piba, pero eso no era considerado un impedimento).

Hugo tenía fama de ser uno de los hombres más
poderosos, más valientes y más ricos del reino, y tan importante era su linaje
que el padrino del casorio era nada menos que el rey de Inglaterra, Juan Sin
Tierra, que por entonces estaba en territorio francés.

El día del casamiento se habían llenado de
gente las calles y Hugo de Lusignan había dispuesto que desde las fuentes en
lugar de salir agua saliera vino, que se repartieran manjares a todo el que
quisiera, y una serie de entretenimientos, como era mas o menos de uso entre la
gente que quería y podía hacerse ver.

Hugo y el papá de Isabel se ubicaron frente al
altar, como se hace ahora, y desde el frente de la iglesia comenzaron a avanzar
la novia y el padrino, que como queda dicho, era este Juan Sin Tierra, el
famoso rey hermano de Ricardo Corazón de León, contra el cual luchaba Robin
Hood, ese personaje que tan bien ha reseñado el amigo Enrique en otro hilo de
por acá.

Hasta ahí todo iba bien, pero resulta que cuando
llegaron delante del cura, el rey Juan, en vez de soltarla a la mina, dice “momento…
tenga mano tallador… declaro mi voluntad de tomar por esposa a esta mujer ahora
mismo, ¡que para algo soy el reinaldo, que embromar!...”

Por supuesto, el Hugo se le quiso echar encima y
apachurrarlo, pero los compañeros lo sujetaron para que no cometiese un delito
de lesa majestad, y entonces el cura los tuvo que casar, porque no había manera de oponerse a los berretines de un soberano, y Juan se la llevó a la
mina a Inglaterra y la hizo reina.

El pobre Hugo, que se había quedao ahí, bañado
y sin fiesta, pidió ayuda al rey de Francia, que era Felipe Augusto en aquél
entonces, y se armó la guerra para devolverle el honor al novio abandonado,
pero todo fue en vano, y el tipo se terminó quedando nomás con Isabel.

Pasaron años, y el 19 de Octubre de 1216 se
solucionó el asunto del siguiente modo: Juan Sin Tierra tomó la precaución de
morirse… Parece que se mandó un atracón de comida y vino y reventó.

Isabel regresó inmediatamente a Francia, quizá
con la esperanza de encontrarse con el novio abandonado, dejando en Inglaterra
a los cinco hijos que había tenido con Juan, pero Hugo a todo esto, había
conseguido nueva esposa. Isabel, en cambio, no se volvió a casar, a lo mejor
esperando a ver si Hugo se quedaba viudo o algo… Y hete aquí que, parece
mentira, pero tres años después, en noviembre de 1219, Hugo quedó viudo. Le
volvió a pedir la mano a Isabel, y en 1220 se casaron nomás, en la misma
iglesia donde ya lo habían intentado la primera vez.


A pesar de que tuvieron juntos nueve hijos,
parece que no fue, después de todo, una pareja demasiado feliz, sobre todo en
sus últimos años… pero eso forma parte de otra historia...

Curiosísima historia Ader, Isabel Angulema con solo doce años ya vivió, si.

Se dice que Juan era un gran lujurioso, y que tuvo muchos hijos ilegítimos, que para no tener tierra se las ingenió bastante bien, ¿ no te parece amigo?

Isabel acusada de conspirar contra el rey de Francia en 1244, se refugió en la abadía de Fontevrault, donde murió el 31 de mayo de 1246, a los 57 años de edad, siendo sepultada, por propio deseo, en el cementerio de dicha abadía.

Extraordinaria historia Ader, gracias por tus aportaciones.

P.D.: Quizás tengamos que aclarar que mina es sinónimo de mujer para nuestros amigos argentinos. También es mujer pero de vida licenciosa, que es el verdadero origen del término, aunque con el tiempo se generalizó a mujer.
Es una palabra originaria del lunfardo, una jerga utilizada en la región del Río de la Plata

¿Estoy en lo cierto no Ader?

Un saludo

"P.D.: Quizás tengamos que aclarar que mina es sinónimo de mujer para
nuestros amigos argentinos. También es mujer pero de vida licenciosa,
que es el verdadero origen del término, aunque con el tiempo se
generalizó a mujer.
Es una palabra originaria del lunfardo, una jerga utilizada en la región del Río de la Plata"

Efectivamente... se decía que los "fiolos", esto es, quienes hacian trabajar a las señoritas, las consideraban una "mina de oro"... y de allí devino el término.

Ader escribió:

Efectivamente... se decía que los "fiolos", esto es, quienes hacian trabajar a las señoritas, las consideraban una "mina de oro"... y de allí devino el término.

Ahhh, a tanto no llegaba yo, eso no lo sabía

Gracias artista