Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
Gracias Alba por estar con nosotros.....
diestri- Profesional
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
Yo no puedo ponerte cosas tan bonitas como las que ponen mis compis del "Club de las Chachipandi"... pero haré algo mejor:
Cuando yo cumplí 7 años, me regalaron una colección de cuentos de hadas, a partir de ahí, me entusiasmé tanto que me dediqué a coleccionarlos. En casa de mis padres, hay una librería completa solo con cuentos de hadas. Muchos de esos libros los compré ya siendo adulta y con el pretexto de leerlos para mis sobrinos.
Uno de los que más me han gustado siempre es el que quiero compartir contigo. Es un cuento anónimo de origen noruego, espero que lo disfrutes.
Cuando yo cumplí 7 años, me regalaron una colección de cuentos de hadas, a partir de ahí, me entusiasmé tanto que me dediqué a coleccionarlos. En casa de mis padres, hay una librería completa solo con cuentos de hadas. Muchos de esos libros los compré ya siendo adulta y con el pretexto de leerlos para mis sobrinos.
Uno de los que más me han gustado siempre es el que quiero compartir contigo. Es un cuento anónimo de origen noruego, espero que lo disfrutes.
AL ESTE DEL SOL Y AL OESTE DE LA LUNA
Érase una vez un pobre carretero que tenía muchos hijos. Era tan pobre que no podía alimentarlos bien ni darles ropa que ponerse en el cuerpo; sin embargo, todos los hijos eran muy guapos, aunque la más guapa de todas era la hija pequeña. Un jueves por la tarde, a finales de otoño, hacía un tiempo horrible. Estaba oscurísimo y además llovía y tronaba de tal forma que las ventanas crujían. Toda la familia estaba sentada alrededor de la chimenea, ocupado cada uno con su trabajo. De repente llamaron tres veces a la ventana. El hombre salió a ver quién era, y entonces vio a un gran oso blanco.
-Buenas tardes -dijo el oso
-Buenas tardes -dijo el hombre.
-Si me das por esposa a tu hija menor -dijo el oso-, te haré tan rico como pobre eres ahora.
Al hombre no le pareció mala idea, pero dijo que primero lo tenía que consultar con su hija; entró y contó que fuera había un gran oso blanco que le había prometido que le haría tan rico como pobre era ahora si le daba por esposa a su hija menor. La muchacha, sin embargo, dijo que no, que no quería saber nada de aquel trato.
El hombre volvió a salir, habló amistosamente con el oso y le dijo que volviera el jueves siguiente por la tarde, que entretanto ya vería qué podía hacer. Intentaron convencer entonces a la muchacha y le contaron de todas las maneras posibles lo ricos que podían llegar a ser y lo bien que le iría también a ella. Finalmente ella accedió, lavó el par de harapos que tenía, se arregló lo mejor que pudo y se preparó para el viaje. Cuando el jueves siguiente, por la tarde, llegó el oso, le dijeron que sí, que todo estaba en orden. La muchacha se montó con su hatillo sobre su lomo y se pusieron en marcha. Una vez recorrido un buen trecho, el oso le preguntó:
-¿Tienes miedo?
Ella contestó que no, que no tenía ningún miedo.
-Sujétate siempre muy fuerte a mi pelambre -dijo el oso-; así no te pasará nada.
Ella cabalgó por todo el mundo a lomos del oso hasta muy, muy lejos; tan lejos que nadie podría decir realmente cuánto. Finalmente llegaron a una gran roca. El oso llamó con los nudillos y a continuación se abrió una puerta, a través de la cual llegaron a un gran palacio. Dentro había muchas habitaciones iluminadas con lámparas, y todo resplandecía por el oro y la plata; también disponía de un gran salón, en el cual había una mesa sobre la que se habían servido los más deliciosos platos. El oso le dio entonces una campanilla de plata y le dijo que cuando deseara cualquier cosa, no tenía más que tocar la campanilla y enseguida la tendría.
La muchacha comió y bebió. Como ya había anochecido, sintió sueño y quiso irse a la cama. Entonces tocó la campanilla... e inmediatamente se abrió una cámara en la que había una cama hecha, la más bella que pudiera uno desear, con almohadones de seda y cortinas con flecos de oro, y todo lo que había en la cámara era asimismo de oro y plata. Pero en cuanto apagó la luz y se metió en la cama, llegó una persona que se acostó a su lado. Y así sucedió todas las noches.
Ella no podía ver quién era, porque siempre llegaba después de que hubiera apagado la luz y se volvía a ir antes de que hubiera amanecido. Así vivió una temporada tranquila y contenta. Pero pronto le entró tal nostalgia por volver a ver a sus padres y a sus hermanos que se volvió muy taciturna y triste. Entonces, un día el oso le preguntó qué le pasaba que estaba siempre tan taciturna y ensimismada.
-Ay -dijo ella-, es que me aburro tanto aquí en el palacio... Me gustaría muchísimo volver a ver a mis padres y a mis hermanos
-Eso se puede arreglar -dijo el oso-, pero tienes que prometerme que jamás hablarás con tu madre a solas, sino cuando los demás estén presentes. Seguramente te querrá coger de la mano y llevarte a una alcoba para hablar contigo a solas, pero no consientas, pues si lo haces me harás muy desgraciado y te harás muy desgraciada a ti misma.
La muchacha dijo que no, que tendría cuidado.
El domingo se presentó el oso y dijo que había llegado el momento de emprender el viaje hacia la casa de sus padres. Ella se montó a lomos del oso y se pusieron en marcha. Cuando ya llevaban mucho tiempo viajando, llegaron a un gran palacio blanco, del que sus hermanos entraban y salían y en el cual jugaban. Todo era tan hermoso y maravilloso que daba gusto verlo.
-¡Allí viven tus padres! -dijo el oso-. No te olvides de lo que te he dicho, pues de lo contrario serás muy desgraciada y me harás muy desgraciado a mí. La muchacha dijo que no, que no lo olvidaría, y se dirigió hacia el palacio. El oso, sin embargo, regresó. Cuando los padres volvieron a ver a su hija, se alegraron tanto que es imposible describirlo. Nunca podrían agradecerle lo que había hecho por ellos. Le contaron que ahora les iba extraordinariamente bien y le preguntaron qué tal le iba a ella. La muchacha dijo que a ella también le iba bastante bien y que tenía todo lo que deseaba. No sé muy bien qué más les contó, pero me da la impresión de que no les dio todos los detalles. Por la tarde, después de comer, ocurrió lo que el oso le había dicho: la madre quiso hablar con su hija a solas en la alcoba. Pero la muchacha, que recordaba las palabras del oso, no quiso ir con ella y dijo:
-Oh, lo que tengamos que hablar podemos hablarlo también aquí. No sé cómo ocurrió, pero el caso es que la madre al final la convenció y entonces ella tuvo que contarle todo lo que sabía. Le contó también que, por las noches, cuando apagaba la luz, llegaba siempre alguien y se acostaba a su lado en la cama. Pero que nunca podía ver quién era, porque antes del amanecer se volvía a marchar; le dijo que se sentía afligida, que le gustaría mucho verle, ya que, al estar siempre tan sola, los días se le hacían muy largos.
-¿Quién sabe? Seguro que el que duerme contigo es un trol -dijo la madre-. Pero si quieres seguir mi consejo, levántate en mitad de la noche, cuando esté dormido, enciende una vela y obsérvale. Pero ten cuidado no le vayas a derramar encima una gota de cera.
Por la tarde el oso volvió a recoger a la muchacha. Cuando ya llevaban un buen trecho, le preguntó si había ocurrido lo que él había dicho.
-Sí -dijo la muchacha, incapaz de negarlo.
-Si piensas seguir el consejo de tu madre -dijo el oso-, te harás muy desgraciada, me harás muy desgraciado a mí y se acabará la amistad entre nosotros.
Ella dijo que no pensaba seguir el consejo de su madre.
Cuando llegaron al palacio y la muchacha se acostó, ocurrió lo mismo de siempre: alguien llegó y se echó a su lado. Pero por la noche, cuando ella oyó que estaba durmiendo, se levantó, encendió una vela y entonces vio acostado en la cama al príncipe más bello que nadie pudiera ver. Se enamoró tanto de él que quiso besarle en el acto. Pero entonces, sin darse cuenta, derramó tres gotas de cera hirviendo sobre su camisa y el príncipe se despertó.
-¿Qué has hecho? -exclamó al abrir los ojos-. Ahora tanto tú como yo seremos desgraciados. Si hubieras resistido solamente un año, me habrías salvado; mi madrastra me ha hechizado y por eso durante el día soy un oso y por la noche una persona. Pero ahora lo nuestro se ha acabado, pues tengo que abandonarte y volver de nuevo con ella. Vive en un palacio que está al este del sol y al oeste de la luna; allí tendré que casarme con una princesa que tiene una nariz que mide tres varas. La muchacha empezó a llorar y a lamentarse; pero ya era demasiado tarde, pues él tenía que irse. Le preguntó si podía viajar con él, pero él le contestó que eso era imposible.
-¿No puedes decirme entonces por dónde se va para que vaya a buscarte? -preguntó ella-. Porque eso sí me estará permitido, ¿no?
-Sí, eso sí puedes hacerlo -dijo él-, pero no hay ningún camino que lleve hasta allí. El palacio está al este del sol y al oeste de la luna; nunca podrás llegar hasta allí.
Por la mañana, cuando se despertó, tanto el príncipe como el palacio habían desaparecido. Se encontró tendida en el suelo, en medio de un denso y tenebroso bosque, con sus viejos harapos. A su lado estaba el mismo hatillo con el que había salido de su casa. Cuando terminó de quitarse el sueño de encima a base de frotarse los ojos y se había hartado de llorar, se puso en marcha; caminó durante muchos días hasta que, finalmente, llegó a una gran montaña. Al pie de la montaña había una vieja mujer que estaba jugando con una manzana de oro. La muchacha le preguntó si sabía el camino para llegar hasta el príncipe que vivía con su madrastra en un palacio situado al este del sol y al oeste de la luna y que se tenía que casar con una princesa con una nariz que medía tres varas.
-¿De qué le conoces? -preguntó la mujer-. ¿Eres acaso la muchacha con la que él se quería casar?
La muchacha dijo que sí, que era ella.
-¡Vaya! ¡Así que eres tú! -dijo la mujer-. Sí, hija mía -siguió diciendo-, me gustaría ayudarte, pero lo único que sé del palacio es que está al este del sol y al oeste de la luna y que probablemente nunca conseguirás llegar. Pero te voy a prestar mi caballo; en él podrás cabalgar hasta donde vive mi vecina más próxima; a lo mejor ella te puede indicar el camino. Cuando llegues a su casa, golpea al caballo debajo de la oreja izquierda y ordénale que vuelva a casa. Toma, coge esta manzana de oro; quizá te sea útil.
La muchacha se montó en el caballo y cabalgó durante mucho, mucho tiempo. Llegó por fin a otra montaña, a cuyo pie estaba una vieja mujer con una devanadera de oro. La muchacha le preguntó si le podía decir por dónde se iba al palacio que estaba al este del sol y al oeste de la luna. Pero ella, como la mujer anterior, dijo que lo único que sabía del palacio era que estaba al este del sol y al oeste de la luna.
-Y probablemente nunca conseguirás llegar. Pero te prestaré mi caballo; en él podrás cabalgar hasta donde vive mi vecina más próxima; a lo mejor ella te puede indicar el camino. Cuando llegues a su casa, golpea al caballo debajo de la oreja izquierda y ordénale que vuelva a casa. Toma, llévate esta devanadera de oro; quizá te sea útil. La muchacha se montó en el caballo y cabalgó durante muchos días y muchas semanas. Llegó por fin a otra montaña, a cuyo pie estaba una vieja mujer tejiendo una falda de oro. La muchacha volvió a preguntar por el príncipe y por el palacio que estaba al este del sol y al oeste de la luna
-¿Eres tú la muchacha con la que quería casarse el príncipe? -preguntó la mujer.
-Sí -dijo la muchacha.
Pero la mujer no conocía el camino mejor que las dos anteriores.
-Al este del sol y al oeste de la luna está el palacio -dijo-, y probablemente nunca conseguirás llegar. Pero te prestaré mi caballo; con él podrás viajar hasta el viento del Este; a lo mejor él te puede indicar el camino. Cuando llegues a él, golpea al caballo debajo de la oreja izquierda y ordénale que vuelva a casa. Y toma, llévate esta falda de oro; quizá te sea útil.
Cabalgó durante mucho tiempo, hasta que por fin llegó ante el viento del Este. Preguntó una vez más si le podía decir cómo llegar hasta el príncipe que vivía en el palacio que estaba al este del sol y al oeste de la luna.
-Sí, me parece haber oído hablar del príncipe y también del palacio -dijo el viento del Este-, pero no te puedo indicar el camino porque nunca he soplado hasta tan lejos. Te llevaré hasta mi hermano, el viento del Oeste; a lo mejor él lo sabe, pues es mucho más fuerte que yo. No tienes más que sentarte sobre mi espalda y te llevaré hasta allí.
La muchacha se sentó sobre su espalda y se pusieron en marcha. Cuando llegaron ante el viento del Oeste, el viento del Este le contó que había traído consigo a una muchacha con la que quería casarse el príncipe que vivía en el palacio que estaba al este del sol y al oeste de la luna, y le preguntó si él conocía el camino.
-No -repuso el viento del Oeste-, tan lejos nunca he soplado. Pero, si quieres -le dijo a la muchacha-, te puedes sentar sobre mi espalda y te llevaré hasta el viento del Sur; a lo mejor él te lo puede decir, pues es mucho más fuerte que yo y sopla y resopla por todas partes.
La muchacha se sentó sobre su espalda; no había pasado mucho tiempo cuando llegaron ante el viento del Sur. Cuando llegaron, el viento del Oeste le preguntó si él conocía el camino para ir al palacio que estaba al este del sol y al oeste de la luna, pues la muchacha que había llevado consigo quería casarse con el príncipe.
-Ah, ¿sí? -dijo el viento del Sur, que tampoco conocía el camino-. A lo largo de mi vida he soplado por todas partes -dijo-, pero tan lejos no he llegado nunca. Pero, si lo deseas -le dijo a la muchacha-, te llevaré hasta mi hermano, el viento del Norte; él es el más viejo y fuerte de todos nosotros, así que si él no te puede indicar el camino, jamás lo averiguarás.
La muchacha tuvo que sentarse sobre su espalda, y se marcharon de allí de tal forma que tembló la tierra. No tardaron mucho en llegar ante el viento del Norte, pero era tan violento e impetuoso que ya desde lejos les lanzó de un soplo un montón de nieve y hielo a la cara.
-¿Qué queréis? -les gritó de tal modo que les entraron escalofríos.
-Oh, no tienes por qué enfurecerte así con nosotros -dijo el viento del Sur-, pues soy yo, tu hermano, y ésta es la muchacha con la que quiere casarse el príncipe que vive en el palacio que hay al este del sol y al oeste de la luna; a ella le gustaría preguntarte si conoces aquel lugar.
-Sí, sé muy bien dónde está -dijo el viento del Norte-. Una vez soplé una hoja de álamo temblón hasta allí. Pero me cansé tanto que durante muchos días no pude volver a soplar. Aun así, si quieres ir hasta allí a toda costa -le dijo a la muchacha- y no te da miedo, te montaré sobre mi espalda y veré si puedo llevarte.
La muchacha dijo que sí, que quería y tenía que llegar hasta allí si es que había alguna manera de conseguirlo, y que no le daba en absoluto miedo, por muy mal que lo fuera a pasar.
-Entonces tendrás que pasar aquí la noche -dijo el viento del Norte-, pues si queremos llegar hasta allí tenemos que tener todo el día por delante.
Al día siguiente, por la mañana, el viento del Norte la despertó, se infló, se hizo tan grande y fuerte que daba miedo y recorrieron los aires como si tuvieran que ir al fin del mundo. Estalló entonces una tormenta tan violenta que derribó pueblos y bosques enteros y, al pasar sobre el mar, naufragaron barcos a centenares. Siguieron avanzando y avanzando sobre el agua, tan lejos que ningún ser humano puede siquiera imaginarse la distancia. El viento del Norte fue quedándose cada vez más y más débil; llegó un momento que estaba tan débil que casi no podía ya soplar; se fue hundiendo cada vez más y más, y al final iba ya tan bajo que las olas le golpeaban en los talones.
-¿Tienes miedo? -le preguntó a la muchacha.
-No, en absoluto -dijo ella.
Ya no estaban lejos de tierra, así que al viento del Norte le quedaron aún las fuerzas justas para llevarla hasta la playa que había bajo las ventanas del palacio que estaba al este del sol y al oeste de la luna. Pero se quedó tan exhausto y agotado que tuvo que descansar durante muchos días antes de poder regresar a casa.
A la mañana siguiente, la muchacha se sentó bajo las ventanas del palacio y se puso a jugar con la manzana de oro. Lo primero que vio fue a la princesa nariguda con la que se iba a casar el príncipe.
-¿Qué quieres por tu manzana de oro? -le preguntó a la muchacha cuando abrió la ventana.
-No la vendo ni por oro ni por dinero -dijo la muchacha.
-Si no la quieres vender ni por oro ni por dinero, ¿qué quieres entonces por ella?-dijo la princesa-. Te daré lo que me pidas.
-Pues entonces..., si se me permite dormir una noche con el príncipe, será tuya - dijo la muchacha.
-Sí, puedes hacerlo si quieres -dijo la princesa llevándose la manzana de oro.
Pero cuando la muchacha entró en la alcoba del príncipe, éste estaba profundamente dormido. Le llamó y le sacudió, lloró y se lamentó, pero no pudo despertarle. Cuando amaneció, llegó la princesa de la larga nariz y la echó de allí. Durante el resto del día, la muchacha volvió a sentarse de nuevo bajo las ventanas del palacio y se puso a devanar hilo en su devanadera de oro. Entonces ocurrió lo mismo que el día anterior. La princesa le preguntó qué quería por la devanadera. La muchacha le contestó que no la vendería ni por oro ni por dinero, pero que si le permitía dormir otra noche con el príncipe, la devanadera sería suya. La princesa dijo inmediatamente que sí y se llevó la devanadera de oro. Pero cuando la muchacha subió, el príncipe estaba otra vez profundamente dormido. Y por más que le llamó y le sacudió, por más que lloró y se lamentó, no consiguió despertarle. En cuanto amaneció, llegó la princesa de la larga nariz y la echó de allí.
Ese día la muchacha se sentó con su falda de oro bajo las ventanas y se puso a tejer. Cuando la princesa de la larga nariz vio la falda, también quiso tenerla. Abrió la ventana y le preguntó a la muchacha qué quería por su falda de oro. Como las dos veces anteriores, la muchacha dijo que no la vendía ni por oro ni por dinero, pero que si la princesa le permitía dormir otra noche con el príncipe, sería suya. La princesa dijo que sí, que podía hacerlo si quería y se llevó la falda de oro. Pero unos cristianos que estaban cautivos en el palacio, encerrados en una cámara contigua a la del príncipe, habían oído durante dos noches llamadas y llantos muy lastimeros de una mujer, así que por la mañana se lo contaron al príncipe. Cuando por la noche llegó la princesa con la sopa que el príncipe solía tomar antes de irse a la cama, hizo ver que se la tomaba, pero lo que realmente hizo fue tirarla, pues sospechaba que la princesa había echado un somnífero en la sopa.
Cuando por la noche la muchacha entró en la alcoba, el príncipe estaba todavía despierto y se alegró muchísimo de volver a verla. Le pidió que le contara cómo le había ido y cómo había conseguido llegar al palacio. Cuando ella se lo contó todo, él dijo:
-Has llegado justo a tiempo, pues mañana debe celebrarse mi boda con la princesa. No siento ningún aprecio por ella ni por su larga nariz; tú eres la única a quien quiero. Por eso diré que deseo poner a prueba lo que sabe hacer mi prometida y exigiré a la princesa que lave las tres manchas de cera que tengo en la camisa. Ella probablemente aceptará, pero sé que no lo conseguirá, pues las manchas son las gotas que tu mano derramó y sólo manos puras pueden quitarlas, no las manos de alguien como ella que pertenece a la chusma de los trols. Entonces, diré que no quiero más novia que la que sea capaz de quitarlas y, una vez que lo hayan intentado todas y ninguna lo haya conseguido, te llamaré a ti para que lo intentes.
Luego pasaron la noche juntos, alegres y satisfechos.
Cuando al día siguiente iba a celebrarse la boda, el príncipe dijo:
-Antes me gustaría ver de lo que es capaz mi prometida. La madrastra dijo que aquello le parecía justo.
-Tengo una camisa muy bonita -dijo el príncipe- que me gustaría llevar puesta en la boda. Pero me han caído tres manchas y quisiera que la lavaran y me las quitaran. Por eso he decidido que sólo me casaré con la mujer que lo consiga.
Las mujeres dijeron que bah, que eso no era nada del otro mundo, asi que se pusieron manos a la obra. La princesa de la larga nariz empezó a lavar lo mejor que pudo; pero cuanto más lavaba, más grandes y más negras se hacían las manchas.
-Bah, no tienes ni idea -dijo su vieja madre trol-. ¡Trae aquí!
Pero cuando empezó a lavar la camisa, ésta se fue poniendo cada vez más negra, y cuanto más la lavó y la restregó, más grandes se hicieron las manchas.
Entonces tuvieron que lavar la camisa las demás mujeres trol, pero cuanto más la lavaban, peor aspecto tenía, y al final parecía que la camisa entera hubiera estado colgando de una chimenea.
-¡Bah, ninguna de vosotras sirve para nada! -dijo el príncipe-. Bajo aquella ventana hay una pobre mendiga. Estoy seguro de que ella sabe lavar mejor que todas vosotras juntas. ¡Pasa, muchacha! -gritó.
Cuando la muchacha entró, él le preguntó:
-¿Serías capaz de lavar esta camisa y dejarla limpia?
-No lo sé -dijo la muchacha-, pero creo que sí. La muchacha cogió entonces la camisa que, entre sus manos, quedó tan blanca como nieve recién caída, o más blanca incluso.
-¡Sí, a ti es a quien quiero! -dijo el príncipe.
La vieja mujer trol se puso entonces tan furiosa que reventó. Creo que la princesa de la larga nariz y toda la demás chusma de trols también reventaron, pues jamás he vuelto a oír nada de ellos. El príncipe y su prometida pusieron entonces en libertad a todos los cristianos que estaban cautivos en el palacio.
Después, cogieron todo el oro y toda la plata que fueron capaces de llevarse y se marcharon muy lejos del palacio que estaba al este del sol y al oeste de la luna. No sé cómo siguieron y hasta dónde llegaron. Pero si son los que yo creo que son, no están nada lejos de aquí.
Macarena- Profesional
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
Buenos sueños....Alba!!!
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
Sobriforera..... ....espero que este nuevo dia amanezcas un poquito mejor.... .....te lo deseo de todo corazon....y que esa maldita cistitis te pase de una vez..... ....yo se lo latosa que puede ser...pues por desgracia la vengo padeciendo desde que tenia 18 y con dos de ingreso por culpa de que se me subio al riñon y me desemboco en pielonefritis y con mucho sangrado...es muy dolorosa e incomoda, pero eso suele pasar como en mi caso, cuando me bajan las defensas.... ...pero con lo que nos estan contando te estas comportando como toda una mujer madura y nos estan dando un ejemplo de valentia y coraje....que muchos de nosotros a lo mejor no tendriamos..... ...y olvidate de lo que cuestan las medicinas..... ...por que eso es material y tu eres un ser excepcional que mereces esas medicinas y mucho mas........
Como nos comentas que casi te pasas el dia durmiendo....te mando esta hadas para que velen... protejan y te cuiden mientras duermes.....
No pierdas nunca la esperanza..... ...y ojala estuviera cerca de ti... ...para darte un enorme abrazo....
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graciela- Profesional
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
bueno me van hacer una emobolizacion de urgencia no he parado de sangrar toda la noche, estoy a 39 de fiebre y con tiriteras y horrible de mal, ahora mi vecina va a llamar a mi madre para que venga pronto, la pobre un dia que podia dormir en su cama, esperaran que me pasen las plaquetas por que las tenia por los suelos tambien y me llevan al quirofano
cuando me traigan aqui ya os digo como estoy besitos a todas luego me leere el cuento mamimaca que bien me encanta tener cuentos para leer aqui, titagraci luego te leo
cuando me traigan aqui ya os digo como estoy besitos a todas luego me leere el cuento mamimaca que bien me encanta tener cuentos para leer aqui, titagraci luego te leo
alba- Profesional
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
Buena suerte mi niña!!!!
diestri- Profesional
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
Alba amor!!! espero que todo salga bién!!! Ánimos princesa y dinos algo cuando puedas!!!
Kalíope- Profesional
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
peque, esto debería ir en el hilo de música pero prefiero ponertelo aquí.....
esta era mi canción preferida de "La Bella y la Bestia"...por la letra
Espero que te guste!!!!
esta era mi canción preferida de "La Bella y la Bestia"...por la letra
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Kalíope- Profesional
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
Mi niña albita....
Al menos para que te entretengas leyendo... Otro cuento, este creo que es de Centro Europa, pero no estoy muy segura...
(lo dividiré en partes, ya que es muy largo)
Continuará...
Al menos para que te entretengas leyendo... Otro cuento, este creo que es de Centro Europa, pero no estoy muy segura...
(lo dividiré en partes, ya que es muy largo)
LA GATA BLANCA
Érase una vez un rey que tenía tres hijos. Tres jóvenes tan fuertes y valerosos que el Rey temía que quisieran subir al trono antes de su muerte. Además corría el rumor que sus hijos pretendían por todos los medios convertirse en guerreros para apoderarse del reino. El Rey se estaba haciendo viejo, pero siendo aún joven de espíritu y sano de mente, no tenía la intención de ceder su puesto, ocupado con tanta dignidad. Entonces pensó que la mejor manera para vivir tranquilo fuese tenerlos contentos llenándoles de promesas que sabría desilusionar y mandar por los aires.
Estaba tumbada dentro de una cestita donde reposaba en un almohadón de seda blanca como la nieve. Su peinado estaba descuidado y parecía triste y abatida. Apenas vio al Príncipe dio mil saltos de alegría para que se diera cuenta de la felicidad que sentía."¿Quién podía imaginar que volverías? Te confieso Hijo de Rey que no contaba con ello. Normalmente tengo mala suerte en eso de hacer realidad mis deseos. Parece que esta vez la fortuna me sonríe". El Príncipe la llenó de caricias y le narró el resultado de su viaje que seguro ella sabía mejor que él. Le comentó la idea del Rey de una tela que pudiese pasar por el ojo de una aguja, cosa que le parecía imposible pero quería intentarlo de todas maneras. Le agradeció de nuevo lo mucho que lo había ayudado con aquel milagro del perrito y por su amistad. Gata Blanca un poco seria, le respondió que no se preocupase porque por suerte tenía en su castillo unas gatas que eran buenísimas hilando y que podrían darle una mano para encargarse del trabajo. En otras palabras, podía estar tranquilo porque podría obtener lo que buscaba sin tener que dar vueltas por el mundo.
Al instante, las manos que llevaban las antorchas aparecieron y el Príncipe y Gata Blanca las siguieron hasta una magnífica terraza cubierta que daba a un gran río donde presenciarían fuegos artificiales. Eran cuatro gatos condenados a la hoguera a los que se les había hecho un juicio justo. Se les acusaba de haber comido el asado preparado para la cena de Gata Blanca, su queso, bebido su leche y haber conspirado en su contra con Cara de Muerto y el Ermitaño, ratones famosos del lugar, incluso reconocidos como tales por el célebre escritor La-Fontaine. Todos sabían que durante el juicio se habían producido muchos enredos y casi todos los testigos habían aceptado algún soborno. Así que el Príncipe les hizo obtener un indulto y los fuegos artificiales no tuvieron lugar. De esta manera no se vieron ni tracas ni cohetes.
Se sirvió la cena que el Príncipe saboreó y disfrutó mucho más que con las tracas y los cohetes. Tenía un hambre canina porque había cabalgado ininterrumpidamente con el caballo de madera que corría como una locomotora. Los días pasaban con fiestas día y noche siempre diferentes teniendo así la Gata Blanca contento a su huésped. No existía mortal que se divirtiese tanto sólo con la compañía de los gatos.
La Gata tenía un carácter amable, seductor adecuado a cada ocasión. Sabía más de lo que podía saber un gato común y esto en ciertas ocasiones sorprendía al Príncipe.
"No -decía- las maravillas que veo en vos no son comunes. Si me queréis de verdad, queridísima Gatita, decidme que milagro os hace hablar y pensar con tanta sabiduría, serías digna de ocupar un lugar entre los genios de la Academia".
"Basta con esas preguntas, Hijo de Rey, no me es permitido responderte. Puedes romperte la cabeza cuanto quieras. ¡Eres libre de hacerlo! Es suficiente conque sepas que siempre tendrás una patita cubierta con un guante de terciopelo para ti y que todo lo que te pase será como será como si me pasara a mí también".
Pasó el segundo año, sin marcharse de allí como el primero. Al Príncipe no le daba tiempo para desear una cosa para que las manos, siempre dispuestas, se la llevasen al momento, fueran libros, gemas, cuadros o antiguas medallas. En fin, nada más decir “quiero tal joya que está en el despacho del Rey de Persia, la estatua de Corinto o Grecia” que al instante veía aparecer ante él lo deseado sin saber quién o de dónde viniese. Es un mágico don que tiene sus encantos y si se tomase verdaderamente en serio y no como un pasatiempo, nos daría ganas de convertirnos en dueños de los más maravillosos tesoros de la Tierra.
Los llamó a su gabinete y tras haber hablado con ellos de varias cosas, les habló de esta manera: “Mis queridos hijos, estaréis de acuerdo conmigo que mi avanzada edad no me permite atender los asuntos de Estado con la misma eficacia de antes. Temo que mis súbditos puedan sufrir las consecuencias, y por eso he decidido ceder mi corona a uno de los tres. Por otro lado, es justo que en recompensa por tan valioso regalo debéis complacerme en la decisión de retirarme al campo. Creo que un perrito listo, fiel y gracioso me podría hacer buena compañía, y así sin elegir a uno o a otro, declaro que aquel de los tres que me traiga el perrito más bonito será mi heredero".
Los príncipes se quedaron sorprendidos por el capricho de de su padre, pero los dos pequeños encontraron provecho y aceptaron complacidos la tarea de buscar un perrito. En cuanto al mayor, era demasiado tímido y respetuoso para hacer valer sus derechos como primogénito. El rey les proporcionó oro y piedras preciosas añadiendo que tras un año, ni más ni menos, en el mismo día y a la misma hora debían regresar y llevarle cada uno su perrito.
Antes de partir, los tres hermanos se reunieron en un castillo apenas unas millas distantes de la ciudad. Llevaron a sus amigos e hicieron una gran fiesta, jurándose los tres hermanos amistad eterna y acordando que cada uno iría por su cuenta, sin celos ni rencores y que de todas maneras, el afortunado dividiría una parte de su fortuna con los otros dos.
Y así se encaminaron tras haber fijado que al retorno se encontrarían antes en el mismo castillo para después ir juntos ante el rey. No quisieron escuderos que los ayudasen y cambiaron sus nombres para pasar desapercibidos. Cada uno tomó un camino diferente. Los dos mayores vivieron muchas aventuras pero yo os contaré sólo las del menor.
Era simpático y agradable, muy listo, distinguido y de elegantes maneras, bonitos dientes y una gran astucia. Cumplía con todos los requisitos para ser un caballero. Cantaba bien. Tocaba el laúd y la guitarra de maravilla. Pintaba sobre lienzo... resumiendo era un caballero completísimo y de un valor que rozaba la imprudencia. No No pasaba un día sin comprar perros grandes, pequeños, labradores, bull-dogs, de caza, españoles, caniches... tenía uno bonito y encontraba otro más bonito. Dejaba el primero para quedarse con el segundo porque para él sería imposible solo como estaba de cargarse con treinta o cuarenta mil perros, pues no le interesaba llevar como acompañante ningún caballero, escudero o paje.
Caminaba y caminaba, sin saber hacia donde se dirigía, hasta que se vio sorprendido en medio de la noche por un gran temporal en la profundidad de un bosque donde ni siquiera podía distinguir el camino que recorría.
Tomó la primera senda que se le presentaba y después de caminar por un rato, distinguió un poco de luz; y de esta se imaginó que no muy lejos debía haber una casa donde podría pasar la noche a cubierto. Guiado por la luz que veía, llegó a la puerta de un castillo, el más grandioso que se pueda imaginar. La puerta era de oro macizo, cubierta de tizones cuyo resplandor limpio y deslumbrante iluminaba los alrededores. Era la misma luz que lo había guiado desde lejos. Las murallas eran de porcelana transparente sobre la cual se representaban las historias de todas las hadas desde la creación del mundo en adelante a colores. No se habían olvidado de las famosas aventuras de Piel de Asno, La Bella Durmiente, Blanca Nieves y los Siete Enanitos, Cenicienta y muchos más. Le gustó muchísimo reconocer al Príncipe Duende por que era su tío de Bretaña.
La lluvia y la fría estación le quitaron las ganas de entretenerse por más tiempo en un lugar donde la lluvia le calaba hasta los huesos sin contar, que ya no llegaba a esa distancia el reflejo de los tizones y no veía más allá de sus narices. Volvió a la puerta de oro. Vio una pata de cabritillo cosido al final de una cadenita hecha de diamantes. No pudo evitar quedarse con la boca abierta no por la grandeza del cordón de la campanilla sino por la gran confianza de los que vivían en aquel palacio."Porque -se decía- ¿qué impediría a los ladrones descolgar la cadena y llevarse los tizones? Sería la mejor manera para volverse ricos de golpe".
Tiró de la pata de cabritillo. Sonó una campanilla que por su sonido parecía ser de oro y plata. En un instante la puerta se abrió, dejándolo ver nada más que una docena de manos flotando en el aire cada una sosteniendo una antorcha encendida. Con aquella visión se quedó tan impresionado que no sabía si decidirse a entrar. De repente sintió otras manos que le empujaban con una gran insistencia. Lo hicieron entrar en contra de su voluntad y como precaución posó su mano sobre la empuñadura de su espada. En ese momento sintió dos voces angelicales que, atravesando un vestíbulo todo incrustado de roca y lapislázuli, cantaban de esta manera:
"De las manos que veis
no tengáis desconfianza
que bajo este techo
nada hay que temer
tan solo que vuestro corazón
no caiga rendido de amor
de la cautivadora gracia de una dulce carita".
No podía pensar que lo invitasen con tan buenos modos para después hacerle una mala pasada y sintiéndose transportado hacia una gran puerta de coral que se abría ante él, entró en una inmensa sala completamente cubierta de nácar. Pasó en una y en otra sala decorada de mil maneras diferentes; de pinturas valiosísimas, de preciosos mármoles, hasta dejarlo sin palabras.
Millones y millones de luces del techo iluminaban todo el suelo. Todas las habitaciones estaban llenas de lámparas con reflejos de mil colores y candelabros cuajados de velas. Era tan maravilloso que parecía un sueño. Una vez atravesadas unas setenta habitaciones, las manos que lo guiaban lo detuvieron y pudo ver como un enorme y cómodo sillón se colocaba junto a la chimenea encendida como por arte de magia. Las manos le parecían preciosas; blancas, pequeñas, regordetas pero bien proporcionadas. Comenzaron a desnudarlo porque, como os había dicho, estaba empapado y no era el caso pillar un resfriado. Ante él se presentó una elegantísima camisa que parecía una camisa de boda junto a un batín de tela ribeteada con hilos de oro y bordada con diminutas esmeraldas formando números y arabescos. Las manos sin cuerpo, le acercaron al cuarto de baño que era una maravilla. Lo peinaron con tanta gracia y maestría que quedó encantado. Después lo vistieron, no con sus ropas mojadas, sino con un bonito traje. Sorprendido y casi sin respiración por todo aquello que sucedía ante sus ojos, sentía algún que otro escalofrío de terror que no podía contener. Una vez peinado y vestido de gala que daba gusto verlo, las manos de siempre lo condujeron a una magnífica sala por sus muebles y adornos dorados. En sus paredes se veían representadas las historias de los gatos más famosos: Bola de Grasa colgado por los pies en el Consejo de las Ratas; El gato con Botas, marqués de Carabás; El gato Escribano; El gato transformado en mujer; los ratones convertidos en gatos; El Sabbath y todas sus brujerías... en fin no había cosa más original que esos cuadros.
La mesa estaba puesta con dos cubiertos y dos servilletas, cada una con su lacito de oro. La alacena dejaba con la boca abierta por la cantidad de vasos de cristal de bohemia y piedras preciosas. El príncipe se estaba preguntando para quienes eran esos cubiertos cuando vio que algunos gatos tomaban asiento en una pequeña orquesta hecha a medida para ellos. Uno llevaba un libro lleno de notas y alcaparrones, otro tenía en sus manos un cuaderno enrollado para marcar el compás, los demás tenían unas pequeñas guitarras. Todos al unísono comenzaron a maullar con tonos diferentes y a rascar con las uñas las cuerdas de las guitarras. El príncipe hubiera creído que había ido a parar al infierno si no fuera por el palacio que era demasiado maravilloso como para desechar las sospechas. No pudiendo hacer nada por evitarlo, se tapaba los oídos y se echaba a reír al ver los gestos y muecas de aquellos musicuchos de una raza tan original.
Mientras pensaba en las numerosas cosas que le habían sucedido en aquel castillo, vio entrar no mas alta de media braza, a una especie de muñequita cubierta de pies a cabeza por un largo velo de crespón negro. La acompañaban dos gatos también oscuros con una capa y la espada que le descansaba en el costado. Detrás de ellos, un numeroso cortejo llevaba trampas y jaulas llenas de ratas y ratones. El príncipe estupefacto no sabía que pensar. Mientras la muñequita se aproximó y dejó caer su velo hacia atrás, pudo ver la más hermosa gatita que existió o que jamás existirá en este mundo. Parecía joven y afligida. Su maullido era tan dulce y amable que llegaba directamente al corazón. Le dijo al príncipe: “Hijo de Rey, sed bienvenido. Mi maullante majestad se complace al verte”.
Señora gata -respondió el príncipe- vos habéis sido muy generosa al recibirme tan cortésmente. Tenéis el aire de ser un animalito fuera de lo común. El don de la palabra y el bellísimo castillo que poseéis son una prueba indiscutible”.
“Hijo de Rey” -respondió la gata - “te ruego no hacedme cumplidos pues soy simple en modos y palabras y tengo buen corazón, ¡vamos!" -animó – “sírvase de la mesa y los músicos se queden en silencio porque de todas maneras el Príncipe no entiende nada de lo que dicen”.
¿Acaso dicen algo?”, preguntó.
“¡Claro!” -añadió la gata- "son compositores con una destacada sensibilidad y si permanecéis un poco entre nosotros, os daréis cuenta fácilmente".
"Basta escucharlos para creerlo al instante" -dijo el Príncipe muy galante- y por esto, oh, señora, os considero una gata especial".
Se sirvió la cena traída por las mismas manos que pertenecían a los cuerpos invisibles. Colocaron dos pasteles: Uno de pichones y otro de ratones gruesos como calabazas. La vista de este último le quitó al Príncipe las ganas de probar el primero sospechando que los dos habían sido cocinados por el mismo cocinero y por lo tanto con el mismo estilo. La gatita viéndole hacer muecas le leyó el pensamiento asegurándole que se habían cocinado por separado y podía comer tranquilo los platos pues no existía peligro alguno de encontrar dentro ratas o ratones. Al príncipe no se lo tuvieron que decir dos veces, pues estaba convencido que la hermosa gatita no podía tener motivos para engañarlo. Y mientras comía le llamó la atención un pequeño retrato que ella tenía pegado a una pata. Le preguntó si quería mostrárselo, creyendo que lo conocía. Quedó desconcertado al ver que era un joven tan atractivo que no concebía la idea que la madre naturaleza hubiera creado otro igual. Pero el retrato se asemejaba tanto a él que sólo le faltaba hablar. Ella suspiró y se volvió tan triste que el Príncipe no tuvo el coraje de preguntarle por el temor de disgustar a la Gata y entristecerla aún más. Se pusieron al corriente de las últimas noticias y le pareció informadísima de los planes futuros de las casas principescas y de todos los hechos que acontecían en el mundo. Terminada la cena, la Gata Blanca hizo pasar a su invitado a una gran sala con un teatro donde danzaban doce gatos y doce monas. Unos vestidos de moros las otras de chinas. ¡Imaginaos la de saltos y cabriolas que daban y los arañazos y pisotones que de vez en cuando se propinaban entre ellos!
Así terminó la velada. La Gata Blanca dio las buenas noches a su huésped y las manos, que le habían conducido hasta allí, lo acompañaron a una habitación que era totalmente diferente de las que había visitado. Podría decirse más elegante que grandiosa: Tapizada de arriba a abajo de alas de mariposa cuyos variados colores formaban mil flores diversas. Había incluso plumas de aves de especies rarísimas y que quizás sólo se podían encontrar en aquel lugar. La cama era de velo transparente con brillantes lazos de seda, grandes espejos por todos lados desde el suelo hasta el techo, enmarcados por millones y millones de querubines cincelados de oro. El Príncipe se metió en la cama sin decir palabra porque era imposible pedir un poco de conversación a las manos que lo servían. Durmió poco y le despertó un ruido extraño. Las manos ya preparadas lo sacaron de la cama y le pusieron un traje de cazador. Desde la ventana dio un vistazo a la corte del castillo. Más de quinientos gatos, algunos con perros de caza con correa y el resto tocaban el corno inglés. Era una gran fiesta.
La Gata Blanca iba de caza y quería que el Príncipe participase. Las manos, siempre a su servicio, le presentaron un caballo de madera que corría al trote como al galope que era una delicia. Se resistía a montarlo argumentando que parecía el caballero de la triste figura Don Quijote. Sus quejas duraron poco porque se encontró suspendido en el aire y colocado sobre el caballo de madera que vestía una gualdrapa y una silla bordada de oro y diamantes. La Gata Blanca cabalgaba un chimpancé, el más bonito e intrépido que jamás se pudo ver. Había dejado el velo y llevaba un sombrero de amazona que le daba un aspecto salvaje aterrorizando a todos los ratones del lugar. No existía una cacería tan divertida como aquella. Los gatos corrían más que los conejos y las liebres. Cuando apresaban algún animal, la Gata Blanca quería que se lo comieran en su presencia cosa que daba lugar a mil juegos de agilidad y destreza. Ni siquiera los pájaros, con su dulce cantar, estaban a salvo porque los gatitos trepaban por los árboles. Mientras tanto el chimpancé llevaba a la Gata Blanca hasta los mismos nidos de las águilas para que se sirviera a placer de las pequeñas delicias aguileñas.
Finalizada la caza, ella tomó un corno largo como un dedo y con un sonido tan claro y potente que se sentía perfectamente a cien millas de distancia. Una vez hechos dos o tres toques de corno, se encontró rodeada de todos los gatos del país; algunos llegaron por los aires en una carroza, otros por mar en barcas. En resumidas cuentas era un espectáculo nunca visto. Casi todos iban vestidos de manera diferente. Gata Blanca acompañada por este pomposo cortejo regresó a palacio y rogó al Príncipe que viniera también. Él agradeció la invitación aunque todo este gaterío le pareciera cosa de brujería y la gata parlante más misteriosa y extraña que todo el resto.
Apenas entró en el palacio le trajeron su velo negro. Cenó con el Príncipe que tenía un hambre que parecían dos príncipes y al final comió por cuatro. Sirvieron los licores que probó complacido olvidándose del perrito prometido al Rey. Desde aquel momento no tenía otra cosa en que pensar que estar con los maullidos de Gata Blanca y de gozar de su buena y fiel compañía. Los días transcurrían con agradables fiestas, ir de pesca, ir de caza, después bailes, torneos y más entretenimientos que lo divertían tantísimo. Con frecuencia la Gata con gusto le recitaba poesías y canciones de un estilo tan apasionado que mostraba la sensibilidad de su corazón y también ciertas cosas que no se sabrían expresar a menos que no se estuviese enamorado. Sin embargo su secretario, un viejo soriano, poseía tan mala mano para la escritura, que de las obras que hoy se conservan son imposibles de leer o de ordenar.
El Príncipe se olvidó de todo hasta de su país. Las manos continuaban siempre a su servicio. A veces se arrepentía de no haber nacido gato para pasar toda su vida en tan agradable compañía; "pobre de mí " - confesaba a la Gata Blanca- "me volvería loco si tuviera que abandonarte, ¡os quiero tanto! Transformaos en mujer o convertidme en gato". En cambio ella, secretamente llena de gozo por aquellas palabras, le respondía con argumentos tan ambiguos que lo despistaban.
Un año pasa rápido, sobretodo cuando no se tienen problemas en los que pensar. Cuando se está sano como una manzana y no tenemos tiempo para aburrirnos. Gata Blanca sabía el día en que debía regresar a casa y como el Príncipe parecía no acordarse ella se lo recordó: “¿Sabes que te faltan sólo tres días para llevar el deseado perrito a tu padre y que tus hermanos han encontrado unos lindísimos?".El Príncipe volvió en sí, maravillándose de su olvido."¿Qué agradable hechizo ha hecho que se me olvidase una cosa tan importante para mí?. Está en juego mi fortuna y mi gloria. ¿Dónde encontraré un perrito como se debe, merecedor de un reino y un caballo veloz para llegar a tiempo?" - se preguntó el Príncipe inquieto y de mal humor -. Gata Blanca con su vocecita le dijo: "Hijo de Rey, no caigas en la desesperación, soy uno de tus amigos. Puedes quedarte un día más porque si bien hay más de dos mil millas de distancia de tu país, el caballo de madera te llevará en menos de doce horas"."Os lo agradezco, mi hermosa Gata" -dijo el Príncipe emocionado- "por otra parte no basta volver a tiempo si no le llevo también un perrito". "Ten -le dijo la Gata- aquí tienes una bellota, dentro encontrarás el perro más bonito de la misma canícula". "Venga, venga señora Gata" -bromeó incrédulo el Príncipe - vuestra majestad se burla de mí". "Acerca la bellota a tu oído y lo sentirás ladrar" - dijo la Gata -. Él obedeció y escuchó al momento el perrito que hacía guau guau. El Príncipe saltaba de alegría porque un perrito que está en una bellota debía ser verdaderamente pequeñito. Quería abrirla porque se moría de ganas de verlo, pero la Gata le dijo que sentiría frío por el camino y que era mejor esperar que estuviera delante del Rey. El Príncipe le dio las gracias miles y miles de veces diciéndole adiós con una gran tristeza en su corazón; "os juro que los días se me han pasado como un rayo. Siento tanto dejaros y porque sois la soberana de este reino y los gatos de vuestra corte son más simpáticos y galantes que los nuestros, no oso a invitaros a venir conmigo". La Gata al oír la posición, respondió con un profundo suspiro.
El Príncipe llegó primero donde era fijado el encuentro con sus hermanos. Estos llegaron poco después y quedaron asombrados al ver el caballo de madera que trotaba mejor que aquellos de la escuela de equitación. El Príncipe fue a su encuentro. Se abrazaron repetidas veces y se contaron las aventuras de sus viajes, pero nuestro Príncipe no contó toda la verdad de lo que le había sucedido y enseñó a sus hermanos un perrucho medio calvo explicándoles que le parecía gracioso y que por ello decidió llevarlo a su padre. Por mucho que se quisieran entre hermanos, los mayores sintieron una secreta alegría por la mala elección del pequeño. Como estaban sentados a la mesa, se daban patadas debajo de ésta diciéndose entre ellos que no había que preocuparse del Príncipe.
Al día siguiente volvieron los tres juntos en la misma carroza que hace un año los vio partir. Los hijos mayores del Rey tenían en unas canastillas sus perritos tan lindos y delicados que daba miedo tocarlos por el temor que se rompiesen. El menor tenía su perro de estreno casi calvo que nadie quería tener a su lado. Nada más llegar a palacio todos fueron a darles la bienvenida. Luego pasaron a las estancias del Rey. No sabía por cual perrito decidirse porque los de sus hijos mayores eran pares en belleza. Mientras los dos hermanos se disputaban la sucesión al trono, el Príncipe sacó del bolsillo la bellota que Gata Blanca le había dado. La abrió en presencia de todos y uno a uno pudo ver acurrucado en una bolita de algodón un perrito. Este podía pasar a través de un anillo de la mano sin ni siquiera tocarlo. El Príncipe lo posó en el suelo y empezó a bailar flamenco acompañado de guitarras y castañuelas con tanta gracia y sentimiento que no podía haberlo hecho mejor ni la más famosa "bailaora" española. Era de mil colores, todos de tonos diferentes y el pelo y las orejas le caían hasta el suelo. El Rey se sintió en un aprieto porque era difícil encontrar un defecto en aquel perrito. De todos modos, no tenía la intención de desprenderse de su corona. Cada piedra preciosa valía mucho más que todos los perros del universo. Entonces dijo a sus hijos que estaba contentísimo por lo que habían hecho y dado que habían sido capaces de resolver la prueba, deseaba poner otra para probar de nuevo su astucia antes de cumplir lo prometido. Les dio un plazo de un año para buscar una tela que fuese tan delgada que pudiera pasar por el ojo de una aguja de bordar. Los tres príncipes se sintieron desilusionados por tener que empezar a buscar otra vez. Los dos príncipes cuyos perros eran menos bonitos que del hermano menor se resignaron. Cada uno salió de viaje sin una despedida tan emotiva como al principio porque el lindo perrito había causado un distanciamiento entre los hermanos. Nuestro Príncipe montó en su caballo y sin preocuparse de nada que no tuviera que ver con la Gata Blanca, salió al galope retornando al castillo donde le habían recibido con tan cálida acogida. Se encontró con todas las puertas cerradas y las murallas iluminadas por cien mil antorchas que proporcionaban un efecto mágico. Las manos que le había servido siempre con tanta precisión, salieron a su encuentro. Tomaron la rienda del eficiente caballo de madera y lo llevaron al establo mientras el Príncipe se dirigía a la habitación de Gata Blanca.
Continuará...
Macarena- Profesional
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
Alba peque, esta mañana no he podido entrar y ahora estoy leyendo lo que te pasa, por favor, como ya te han dicho mantennos informadas, todo va a salir bien por que eres una valiente !!!!
Como tienes cuentos para leer, te mando un hada para que vele por tí, te quiero un montón y lo sabes, bueno todas tus"mamis" "hermana" y "tias "sentimos lo mismo hacia tí y nos gustaría estar a tu lado dandote todos los mimitos posibles. Pero ya te dije al principio, mira al otro lado de la puerta y ahí estamos tod@s para darte todo nuestro cariño y apoyo.
Mas tarde entraré para ver si hay noticias tuyas.
Mientras tanto millones de besos...
Como tienes cuentos para leer, te mando un hada para que vele por tí, te quiero un montón y lo sabes, bueno todas tus"mamis" "hermana" y "tias "sentimos lo mismo hacia tí y nos gustaría estar a tu lado dandote todos los mimitos posibles. Pero ya te dije al principio, mira al otro lado de la puerta y ahí estamos tod@s para darte todo nuestro cariño y apoyo.
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Mahal- Profesional
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
Hola Alba!!! se lo que es pasar por quirofano, y supongo, que no estas en condiciones de entrar al foro....
Me tomo la libertad de hablar en plural, porque conozco que aki se te kiere, todos!!! te queremos!!!!
Si me lo permites,Alba, me voy a dirigir a tu madre, se que en estos momentos tendrá muchas mas cosas en las que pensar que en este foro, pero quiero decirle que aki, estamos todos preocupados y pendientes de Alba, no se muy bien como enfocar el tema, pero si es posible, agradeceriamos unas palabras suyas, simplemente algo como, todo esta bien, pero Alba esta cansada para entrar al foro...
Espero haberme explicado, no quiero entrometerme, pero la sensacion es como cuando un familiar esta hospitalizado y se necesita noticias de él...
Su hija se ha hecho querer aki, y mucho, le deseo lo mejor, y seguimos pendientes de su evolucion.
No quiero agobiar mas, solo mandar buenos deseos... y un saludo cariñoso!!!
Me tomo la libertad de hablar en plural, porque conozco que aki se te kiere, todos!!! te queremos!!!!
Si me lo permites,Alba, me voy a dirigir a tu madre, se que en estos momentos tendrá muchas mas cosas en las que pensar que en este foro, pero quiero decirle que aki, estamos todos preocupados y pendientes de Alba, no se muy bien como enfocar el tema, pero si es posible, agradeceriamos unas palabras suyas, simplemente algo como, todo esta bien, pero Alba esta cansada para entrar al foro...
Espero haberme explicado, no quiero entrometerme, pero la sensacion es como cuando un familiar esta hospitalizado y se necesita noticias de él...
Su hija se ha hecho querer aki, y mucho, le deseo lo mejor, y seguimos pendientes de su evolucion.
No quiero agobiar mas, solo mandar buenos deseos... y un saludo cariñoso!!!
diestri- Profesional
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
Cariño,siento éste contratiempo...ya verás como pasa todo,tú sigue siendo fuerte como hasta ahora...Mira,cuando te den el alta,vamos a hacer una fiesta en el foro,¿vale?...Hablaré con la jefa para ver como lo organizamos...lo vamos a pasar genial...Te mando una osita de peluche y un libro con dos hadas,lo he hecho yo y no sé cómo habrá salido ,que soy un poco manta...Cuando te pogas bien,me tienes que dar clases de ordenador para hacer cosas bonitas...Un millón de besazos,mi niña...te quiero mucho....
Espero que te gusten....
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mencar- Profesional
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
Hoy desde la casa de un sobrino entre un momentito al foro y vi que alba habia puesto que iba a entrar a quirofano.... ..y me quede un poco intranquila.. y ahora entre para ver si teniamos alguna noticia.... ......y con permiso de diestri me uno a lo que dice en su post.....dedicada a su madre....y a esto que pongo yo.....
Por favor ya sabemos que en estos momentos usted no estara para pensar en nosotros.....solamente en su hija y lo comprendo y entiendo.....pero quiero que sepa que tenemos a alba en nuestros corazones y que este no es un foro cualquiera, pues para muchos de nosotros es como nuestra familia y alba esta incluida en ella.... y que estamos muy muy muy preocupados y que solo tenemos noticias de ella cuando entra en el foro y si no fuera mucha molestia, le pediria solamente unos segundos de su tiempo para ponernos unas palabras para ver como esta......
Sin mas le doy las gracias de antemano y perdone por mi atrevimiento por estas palabras..... ...solo deseo que alba se ponga buena lo antes posible......
Por favor ya sabemos que en estos momentos usted no estara para pensar en nosotros.....solamente en su hija y lo comprendo y entiendo.....pero quiero que sepa que tenemos a alba en nuestros corazones y que este no es un foro cualquiera, pues para muchos de nosotros es como nuestra familia y alba esta incluida en ella.... y que estamos muy muy muy preocupados y que solo tenemos noticias de ella cuando entra en el foro y si no fuera mucha molestia, le pediria solamente unos segundos de su tiempo para ponernos unas palabras para ver como esta......
Sin mas le doy las gracias de antemano y perdone por mi atrevimiento por estas palabras..... ...solo deseo que alba se ponga buena lo antes posible......
graciela- Profesional
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
Me uno al sentir de mis amigas Diestri, Mencar y Graciela, ya que tod@s estamos pendientes de la peque.
Alba esto para tí....
Y para su mamá toda la fuerza y cariño del mundo.....
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Última edición por Mahal el Lun Oct 12, 2009 10:30 am, editado 1 vez
Mahal- Profesional
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
Albita preciosa... ¿como ha salido todo?
Macarena- Profesional
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
Buenos dias princesa!!!!
diestri- Profesional
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
Hola Albita, llevo todo el fin de semana sin poder entrar o mejor dicho, leer....porque intención de entrar he tenido pero luego no he podido leer ni escribir nada.
Sin saber nada de lo del quirófano, llevo todo el fin de semana intentando localizarla, y no habia sido posible, y ahora lo entiendo claro....Todo va a ir bien, porque Alba es una chica fuerte que ha podido con mucho y con esto va a poder mucho más.....yo quiero aportar mi granito y aunque solo haga esto hoy, dejarla también un pequeño regalo...son cuentos cortos para hacer pensar sobre todo cuando se tiene tanto tiempo como tú Alba..
Sin saber nada de lo del quirófano, llevo todo el fin de semana intentando localizarla, y no habia sido posible, y ahora lo entiendo claro....Todo va a ir bien, porque Alba es una chica fuerte que ha podido con mucho y con esto va a poder mucho más.....yo quiero aportar mi granito y aunque solo haga esto hoy, dejarla también un pequeño regalo...son cuentos cortos para hacer pensar sobre todo cuando se tiene tanto tiempo como tú Alba..
UN OBSTACULO EN EL CAMINO
Hace mucho tiempo, un Rey colocó una gran roca obstaculizando un camino.
Entonces se escondió y miró a ver si alguién quitaba la gran roca.
Algunos comerciantes mas adinerados del Reino y cortesanos del Rey vinieron pero solo le dieron una vuelta, muchos culparon al rey por no tener el camino despejado pero ninguno la quitó del medio.
Llegó un campesino cargado de verduras y al ver la gran roca, dejó las verduras en el suelo, y empezó a empujar y a empujar, después de mucho esfuerzo y sudor, consiguió moverla al ir a recoger su verdura, vió que debajo de la roca habia una cartera llena de monedas de oro. Y una nota del rey diciendo que el dinero era para la persona que removiera la piedra del camino. El Campesino aprendió los que otros nunca entendieron.
MORALEJA: "CADA OBSTÁCULO PRESENTA UNA OPORTUNIDAD PARA MEJORAR LA CONDICIÓN DE CADA UNO"
castellana- Profesional
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
Nuestra dulce princesita ALBA.....
Querida Alba,
Acabo de llegar y solo me he conectado un momentito para ver como estabas, y leo esto, , esta ha sido mi cara cuando lo he leido, pero luego pensando, que te piensas, me he dicho a mi misma, que igual con esta operación ya empiezas cada dia poquito a poco a sentirte mejor, y he puesto esta otra cara , y he seguido pensando, en que igual, bueno, seguro ya, pronto muy pronto ya estaras corriendo por ahy como una loca, y se me ha puesto esta otra cara .
Bueno preciosa ahora en serio, espero que todo te haya ido muy muy bien, y que no te duela. Que te haras mas fuerte?, pues anda que no !!, como un roble, será nuestra Albita.
Y ahora cielo, no te hago leer más, solo que sepas que te queremos, porque tu te has hecho querer, porque eres un encanto de persona, y que te deseo de todo corazon que estes muchisimo mejor y en cuanto puedas nos manda por favor un par de lineas para decirnos que estas mejor.
Querida Alba,
Acabo de llegar y solo me he conectado un momentito para ver como estabas, y leo esto, , esta ha sido mi cara cuando lo he leido, pero luego pensando, que te piensas, me he dicho a mi misma, que igual con esta operación ya empiezas cada dia poquito a poco a sentirte mejor, y he puesto esta otra cara , y he seguido pensando, en que igual, bueno, seguro ya, pronto muy pronto ya estaras corriendo por ahy como una loca, y se me ha puesto esta otra cara .
Bueno preciosa ahora en serio, espero que todo te haya ido muy muy bien, y que no te duela. Que te haras mas fuerte?, pues anda que no !!, como un roble, será nuestra Albita.
Y ahora cielo, no te hago leer más, solo que sepas que te queremos, porque tu te has hecho querer, porque eres un encanto de persona, y que te deseo de todo corazon que estes muchisimo mejor y en cuanto puedas nos manda por favor un par de lineas para decirnos que estas mejor.
aseret- Profesional
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
hermanita!!!! te extraño mucho!!!!!
espero que estés bien pronto y entres aunque sea a decirnos hola y que estás bien.....
Me uno a las palabras de mis "compis" a la mamá de Alba, sólo quiero que sepa que la queremos mucho! que tiene una hija maravillosa que se ha ganado el corazón de todos y que es muy especial!
Muchos ánimos para ambas!
Albita, te sigo enviando imágenes de la Bella
espero que estés bien pronto y entres aunque sea a decirnos hola y que estás bien.....
Me uno a las palabras de mis "compis" a la mamá de Alba, sólo quiero que sepa que la queremos mucho! que tiene una hija maravillosa que se ha ganado el corazón de todos y que es muy especial!
Muchos ánimos para ambas!
Albita, te sigo enviando imágenes de la Bella
Kalíope- Profesional
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
Bueno, va la segunda parte del cuento de La gata Blanca...
Disfrútalo!!!
Continuará...
Disfrútalo!!!
Estaba tumbada dentro de una cestita donde reposaba en un almohadón de seda blanca como la nieve. Su peinado estaba descuidado y parecía triste y abatida. Apenas vio al Príncipe dio mil saltos de alegría para que se diera cuenta de la felicidad que sentía."¿Quién podía imaginar que volverías? Te confieso Hijo de Rey que no contaba con ello. Normalmente tengo mala suerte en eso de hacer realidad mis deseos. Parece que esta vez la fortuna me sonríe". El Príncipe la llenó de caricias y le narró el resultado de su viaje que seguro ella sabía mejor que él. Le comentó la idea del Rey de una tela que pudiese pasar por el ojo de una aguja, cosa que le parecía imposible pero quería intentarlo de todas maneras. Le agradeció de nuevo lo mucho que lo había ayudado con aquel milagro del perrito y por su amistad. Gata Blanca un poco seria, le respondió que no se preocupase porque por suerte tenía en su castillo unas gatas que eran buenísimas hilando y que podrían darle una mano para encargarse del trabajo. En otras palabras, podía estar tranquilo porque podría obtener lo que buscaba sin tener que dar vueltas por el mundo.
Al instante, las manos que llevaban las antorchas aparecieron y el Príncipe y Gata Blanca las siguieron hasta una magnífica terraza cubierta que daba a un gran río donde presenciarían fuegos artificiales. Eran cuatro gatos condenados a la hoguera a los que se les había hecho un juicio justo. Se les acusaba de haber comido el asado preparado para la cena de Gata Blanca, su queso, bebido su leche y haber conspirado en su contra con Cara de Muerto y el Ermitaño, ratones famosos del lugar, incluso reconocidos como tales por el célebre escritor La-Fontaine. Todos sabían que durante el juicio se habían producido muchos enredos y casi todos los testigos habían aceptado algún soborno. Así que el Príncipe les hizo obtener un indulto y los fuegos artificiales no tuvieron lugar. De esta manera no se vieron ni tracas ni cohetes.
Se sirvió la cena que el Príncipe saboreó y disfrutó mucho más que con las tracas y los cohetes. Tenía un hambre canina porque había cabalgado ininterrumpidamente con el caballo de madera que corría como una locomotora. Los días pasaban con fiestas día y noche siempre diferentes teniendo así la Gata Blanca contento a su huésped. No existía mortal que se divirtiese tanto sólo con la compañía de los gatos.
La Gata tenía un carácter amable, seductor adecuado a cada ocasión. Sabía más de lo que podía saber un gato común y esto en ciertas ocasiones sorprendía al Príncipe.
"No -decía- las maravillas que veo en vos no son comunes. Si me queréis de verdad, queridísima Gatita, decidme que milagro os hace hablar y pensar con tanta sabiduría, serías digna de ocupar un lugar entre los genios de la Academia".
"Basta con esas preguntas, Hijo de Rey, no me es permitido responderte. Puedes romperte la cabeza cuanto quieras. ¡Eres libre de hacerlo! Es suficiente conque sepas que siempre tendrás una patita cubierta con un guante de terciopelo para ti y que todo lo que te pase será como será como si me pasara a mí también".
Pasó el segundo año, sin marcharse de allí como el primero. Al Príncipe no le daba tiempo para desear una cosa para que las manos, siempre dispuestas, se la llevasen al momento, fueran libros, gemas, cuadros o antiguas medallas. En fin, nada más decir “quiero tal joya que está en el despacho del Rey de Persia, la estatua de Corinto o Grecia” que al instante veía aparecer ante él lo deseado sin saber quién o de dónde viniese. Es un mágico don que tiene sus encantos y si se tomase verdaderamente en serio y no como un pasatiempo, nos daría ganas de convertirnos en dueños de los más maravillosos tesoros de la Tierra.
Gata Blanca no le quitaba ojo a los caprichos del Príncipe. Le advirtió que llegaba el momento de volver y que podía estar tranquilo con respecto a la tela tan deseada porque había sido tejida a la perfección y esta vez quería regalarle el equipaje que merecía. Sin darle tiempo para responder le sugirió que se asomase al patio del castillo. Allí había una carroza cubierta toda de oro color fuego con mil escenas de Amor dibujadas muy agradables a la vista y al espíritu. Tenía la carroza enganchados doce caballos blancos como la nieve, divididos en cuatro filas de tres, cubiertos con gualdrapas de terciopelo rojo encendido bordado de diamantes y adornado con hebillas y placas de oro. La carroza estaba forrada con el mismo lujo que poseía el resto del séquito de cien carrozas con ocho caballos, todas ocupadas por señores de alto linaje y trajes espléndidos. Como escolta, un regimiento de mil cuerpos de guardia cuyo singular uniforme estaba cubierto de tantos bordados y alamares que no se podía distinguir la tela. Lo más curioso era que el retrato de Gata Blanca aparecía en todos lados; en los escudos de las carrozas, en el uniforme de la guardia, e incluso cosido con un lazo al ojal de una nueva orden de caballería.
"Es hora de partir - le dijo - preséntate ante el Rey así de elegante y que tus aires de gran señor lo intimiden tanto que no pueda evitar ofrecerte el trono que te has merecido. Aquí tienes una nuez, ten cuidado y no la rompas hasta que no estés en presencia del Rey. Dentro encontrarás el trozo de tela que me habías pedido".
"Graciosa Blanquita, os juro que estoy tan cautivado por vuestras habilidades que si ti hiciera feliz, preferiría pasar mi vida con vos a todas las maravillas que me esperan fuera de aquí".
"Hijo de Rey, creo en tu alma sincera, cosa rara entre príncipes porque éstos desean hacerse querer por todos y sin embargo, no quieren a nadie. Tú eres la excepción que confirma la regla. Me doy cuenta de lo mucho que quieres a una gatita blanca que en realidad sólo es buena para cazar ratones". El Príncipe le besó la patita y partió.
Si ya no se podía explicar como el caballo de madera hubiese recorrido 2000 millas en menos de cuarenta y ocho horas, ahora se resistía a creer la velocidad que tomó la carroza para llegar a tiempo. La fuerza que residía en el caballo de madera contagió al resto por lo que el viaje duró menos de veinticuatro horas. No hicieron ni una parada hasta que llegaron al castillo donde ya los hermanos mayores esperaban. Al ver que no llegaba el hermano pequeño se complacían de su retraso y se decían entre ellos: "Esta es una gran oportunidad para nosotros, o está enfermo o muerto. Un rival menos para la sucesión del trono". Y sin perder tiempo, desplegaron sus telas que eran tan finas que pasaban por el ojo de una aguja ancho, pero inútil probar pasarlas por una de ojo delgado. El Rey contento de haber encontrado esta diferencia, mostró la aguja que él había elegido y que por orden de sus jueces la habían sacado del tesoro de la ciudad donde estaba celosamente en custodia. Surgió una discusión y todos querían decir la suya. Los amigos del príncipe en particular del mayor, cuya tela sin duda era la más bella, sostenían que el Rey había elaborado una estratagema con astucia y mala fe. De repente, para poner fin a la discusión, se oyó por toda la ciudad el alegre y rítmico sonido de una fanfarria de trompetas, timbales y clarinetes. Era nuestro Príncipe que llegaba con su espléndido cortejo. Al Rey y a sus hijos se les pusieron los ojos como platos ante tan sorprendente espectáculo. Apenas hubo saludado a su padre y abrazado a sus hermanos, sacó de una cajita toda incrustada de rubíes, la nuez. La partió y se quedó asombrado de encontrar dentro un hueso de cereza. Todos se miraban entre ellos. El Rey se reía para sus adentros y se divertía a costa del hijo el cual había sido tan zoquete para creer que traía un trozo de tela dentro de una nuez. Pero ¿por qué tenía que desconfiar esta vez si ya le habían entregado un perrito que estaba enterito en una bellota?. Rompió el hueso de cereza y encontró una almendrita. En toda la sala se levantó un gran rumor. No se escuchaba otra cosa que "¡al Príncipe le han tomado el pelo!". El no respondió a las insolencias de los cortesanos. Abrió por la mitad la almendrita y encontró un granito de arroz."¡Oh!" En verdad empezó a dudar el también apretando los dientes,"¡ay Gata Blanca, me la has jugado!..." en ese instante, sintió un arañazo de gato que fue lo suficientemente profundo como para hacerle sangrar. No sabía si el arañazo fuese para animarlo o para desilusionarlo. De todas maneras, abrió el granito de arroz y lleno de estupor sacó un trozo de tela de mil metros maravillosa. Habían dibujados sobre ella especies de aves, peces, animales, árboles, frutos, plantas de la tierra, acantilados, extrañas conchas de mar, el sol, la luna, las estrellas, los astros y los planetas del cielo. Había incluso retratos del Rey y de los soberanos que reinaban en todo el mundo; también sus esposas, hijitos y todos los súbditos sin olvidar el más insignificante; estaban también los mendigos y vagabundos de la calle cada uno tal y como se vestía a la usanza de su país.
Al Rey se le escapó un hondo suspiro y dirigiéndose a sus hijos les dijo: "no podéis imaginar mi gozo al ver toda la consideración que me tenéis, por ello deseo proponeros una nueva prueba. Id de viaje un año más y aquel que enamorará la más hermosa muchacha, la esposará y será coronado Rey el mismo día de su boda porque en resumidas cuentas es necesario que mi sucesor tenga mujer. Juro y prometo que será la última vez que os haré esperar para recibir vuestra prometida recompensa". Este deseo era una gran injusticia para nuestro Príncipe. El perrito y el trozo de tela a cambio del reino lo merecían. Pero el Príncipe era tan bueno que no quiso discutir con su padre y sin rechistar, montó en la carroza y se marchó. Su cortejo lo siguió y volvió con su querida Gata Blanca. Ella sabía el día y hasta el minuto que debía llegar. Todas las calles estaban cubiertas de flores y mil campesinos perfumaban con toda clase de esencias, el interior y el exterior del castillo. La Gata estaba en una bóveda, bajo un dosel de oro brocado, sentada sobre una alfombra persa viendo si le veía llegar. Fue recibido por las manos que siempre le habían servido. Todos los gatos treparon por los canalones para darle la bienvenida con un maullido tan escandaloso capaz de romper los oídos.
"Bien Hijo de Rey, ya de vuelta y sin corona" - dijo la Gata - .
"Señora, vuestros dones me habrían permitido ganármela pero he comprendido que el Rey sentiría mucho más desprenderse de su corona que darme el gusto de poseerla".
"No importa" - añadió la Gata - "no hay nada que descuidar para merecerla. Yo te ayudaré también en esta prueba. Necesitas llevar a la corte de tu padre una muchacha hermosa. Te buscaré una para hacerte ganar la recompensa. Mientras tanto divirtámonos: He ordenado una batalla naval de mis gatos contra los más terribles ratones del país. Mis gatos serán un poco torpes porque tienen miedo al agua. De otro modo, sin este problema estaríamos en ventaja así equilibramos las fuerzas". El Príncipe admiró la sensatez de la señora gatita. La felicitó mientras la acompañaba a una gran terraza que daba al mar. Las barquichuelas de los gatos eran grandes trozos de corcho que navegaban bastante bien. Los ratones habían reunido y atado entre sí unos cascarones de huevo componiendo su nave. La batalla fue cruel y combatida. Los ratones se lanzaban al agua y nadaban con gran maestría. Así más de veinte veces los gatos se encontraron de vencedores a vencidos, mas Cortavelas -almirante de la flota gatuna- redujo a la armada ratonil a la desesperación, pues se comió con mucho gusto al general de la flota enemiga que era un viejo ratón con experiencia el cual había dado tres veces la vuelta al mundo en enormes buques donde no era ni capitán ni marinero, simplemente polizón.
Gata Blanca no quiso que los desgraciados fueran totalmente destruidos. Su instinto político le decía que sin ratas ni ratones en el país, sus súbditos se aburrirían y esto podía llegar a ser peligroso. El Príncipe pasó este año también como los precedentes; yendo a cazar, pescar y jugando, porque merece ser dicho que la Gata Blanca era buenísima jugando al ajedrez. De vez en cuando, no podía resistir hacerle preguntas indiscretas para descubrir que milagro le había dado el don de hablar. Le hubiera gustado saber si era un hada que se hubiera transformado en gata trámite una metamorfosis, pero no era el caso que ella dijese más de lo que quisiera decir y le respondía siempre ese poco que deseaba responder con respuestas vagas y sin significado, razón de más para convencerse que ésta no tenía intención de revelarle su secreto.
No hay nada que pase más rápido que los días en los que eres feliz y si la Gata Blanca no hubiese llevado la cuenta del tiempo que faltaba para regresar a la corte, sin duda el Príncipe se le habría olvidado. A la vigilia del viaje, le advirtió que dependía todo de él si estaba dispuesto a sorprender a todos con la más hermosa princesa del mundo. En ese caso, finalmente había llegado la hora de destruir el fatal hechizo formulado por las hadas y que necesitaba decididamente cortarle la cabeza y la cola tarándolas al fuego.
"¡Yo Blanquita, amor mío! Jamás seré tan despiadado de asesinaros, queréis meter mi corazón a prueba pero estad segura que no faltaré a vuestra amistad y a la gratitud que os debo".
"No Hijo de Rey, no veo en ti ni la más mínima sombra de ingratitud. Te conozco demasiado. Sin embargo, no está ni en ti ni en mí en este caso, arreglar nuestros destinos. Haz lo que te digo y seremos felices. Te doy mi palabra de gata honrada y respetable, demostraré que soy tu amiga..."
Sólo la idea de tener que cortar la cabeza a su gatita tan bonita y graciosa el joven Príncipe sentía que las lágrimas acudían a sus ojos. Dijo las más dulces palabras que se le ocurrieron para hacerse perdonar, pero ella insistía que era la único medio para impedir que sus hermanos se adueñasen de la corona. En fin, insistió tanto tanto, que sacó su espada y con manos temblorosas cortó la cabeza y la cola a su buena amiga. En ese mismo instante fue testigo de la más hermosa metamorfosis que se pueda imaginar. El cuerpo de Gata Blanca comenzó a crecer y crecer convirtiéndose de golpe en una muchacha. Imposible describir con palabras maravilla única en el mundo. Sus ojos robaba los corazones, su dulzura lo tenía cautivado, su majestuosa figura, su aspecto noble y modesto, el ánimo seductor, las corteses maneras... en una palabra, estaba por encima del límite de lo amable y encantador sobre la tierra. Al verla el Príncipe se quedó asombrado pero sobretodo encantado. No le salían palabras. Parecía que no le bastasen los ojos para mirarla y la lengua no encontraba la manera de expresar su maravilla que creció el doble cuando vio entrar una extraordinaria multitud de damas y caballeros con valiosas pieles de gato y gata descansando en sus espaldas que iban a postrarse a los pies de la Reina para demostrar su gran alegría al verla de nuevo en su estado natural.
Ella los recibió con toda la bondad que demostraba la excelente materia con la que estaban hechos su carácter y su corazón. Tras haberse entretenido un poco con ellos, ordenó que la dejasen sola con el Príncipe que le habló de esta manera: "No tengáis por seguro que que siempre he sido gata porque mi nacimiento fuese un hecho oculto para los hombres. Mi padre era rey y señor de seis reinos. Amaba con ternura a mi madre y la dejaba libre de hacer todo aquello que se le pasase por la mente. Su gran pasión era viajar, por esto y embarazada de mí, se fue de excursión para ver una montaña de la cual había sentido que era de otro mundo. Durante el camino le dijeron que en los alrededores había un castillo de hadas el más bonito entre los que se conocían o al menos así se creía por una vieja leyenda porque nadie había entrado y solo se podía juzgar desde fuera. Pero de cierto se sabía que las hadas poseían un jardín con frutas tan delicadas y jugosas como jamás se habían comido. A la Reina, mi madre, le entraron ganas de probarlas y se encaminó hacia aquel lugar. Alcanzó la puerta del magnífico palacio todo resplandeciente de oro y de azul cielo. Pero llamó a la puerta en vano. No apareció alma viva. Parecían que estuvieran todos muertos. Esta dificultad acrecentaba sus ganas. Mandó buscar unas escaleras para saltar las murallas del jardín. La cosa se hubiera resuelto si las murallas no se alzasen por momentos sin ver mano que las levantasen. Se las arreglaron poniendo las escaleras unas encima de otras pero terminaron derrumbándose por todo el peso de los que salían sobre estas cayendo al suelo muertos o mal parados.
La Reina desesperaba. Observaba los grandes árboles cargados de fruta que creía deliciosa y deseaba saciar sus ganas o morir. Hizo montar frente al castillo numerosas tiendas señoriales de gran lujo y permaneció seis semanas con toda su corte. No comía ni bebía. No hacía más que suspirar hablando siempre de la fruta del jardín inaccesible hasta que enfermó, sin encontrar quien pudiese aliviar su mal porque las inexorables hadas no se hacían ver desde que ella había acampado entorno a su castillo. Sus oficiales entristecieron con ella. En todas partes sólo se escuchaban suspiros y llantos mientras la Reina moribunda pedía fruta a los servidores, pero no quería otra que no fuese aquellas que se le negaban. Una noche, entre sueños, abrió los ojos y vio una viejecita decrépita y fea sentada en un sillón junto a la cabecera de su cama. Le sorprendió que sus damas hubieran dejado pasar una desconocida en su habitación. La vieja le dijo: "Nos parece que su majestad sea muy indiscreta al obstinarse en comer por la fuerza nuestra fruta, mas como nos está en juego su preciosa vida mis hermanas y yo consentiremos darte tanta cuanta podrás llevar hasta que estés aquí pero a cambio nos darás un regalo".
"¡Ah mi abuela buena!" - gritó la Reina - "pedid y os será concedido estoy lista para daros mi reino, mi corazón, mi alma para saciar mis ganas con vuestra fruta, ningún precio me parecerá excesivo".
"Nosotros queremos que su majestad nos entregue la hija que lleva en su ser. Cuando nazca iremos a buscarla y la tendremos con nosotras. No existe virtud, belleza o sabiduría que no pueda ser poseída por nuestras manos. En breves palabras será nuestra hija y la haremos feliz pero que quede bien claro que su majestad no podrá volver a verla hasta el día de su boda. Si el pacto te agrada, te curaré inmediatamente las manzanas de nuestro jardín. No te preocupes que sea de noche, verás bastante para elegir la fruta que se os antoje. Si el pacto no te va, buenas noches señora reina y desapareceré".
"Por cuanto sea dura la condición que me imponéis la acepto antes que morir porque de sobra sé que me quedaría apenas un día de vida y muriendo yo, mi hija moriría conmigo. Curadme, hada sabia, no hacedme perder ni un minuto para llegar a disfrutar de la gracia que me habéis concedido".
El Hada la tocó con su varita de oro diciendo: "Que su majestad sea libre de todo mal que la tiene encadenada a la cama". Con estas palabras le pareció sentirse libre de un traje de plomo duro y pesado que le quitaba la respiración e incluso en aquellas partes donde sentía mayor peso, cedió su mal. Hizo llamar a todas sus damas y con cara sonriente les dijo que se encontraba muy bien y deseaba levantarse porque finalmente las puertas del castillo cerradas a cal y canto se abrirían para ella y así podría comer y llevar cuanto quisiese la buena fruta del jardín.
Todas las damas estaban convencidas que la Reina delirase y que soñaba con los ojos abiertos las frutas tan deseadas y en lugar de obedecerla rompieron a llorar despertando a los médicos para que la visitasen. El retraso ponía nerviosa a la Reina que pedía sus vestidos y nadie se movía. Fue tan lejos la cosa, que de la rabia se puso roja como una cereza. Algunos decían que era causa de la fiebre, sin embargo, los médicos después de haberle tomado el pulso y de hacerle los rutinarios reconocimientos, llegaron a la conclusión que disfrutaba de una óptima salud. Las damas al ver en saco roto sus suposiciones, intentaron reparar el daño vistiéndola de pies a cabeza en un abrir y cerrar de ojos. Le pidieron perdón y todo fue olvidado. La Reina se apresuró a seguir a la vieja hada que la había estado esperando.
Entró en el palacio donde nada faltaba para ser el palacio más bello del mundo "y vos, señor, no podréis creerlo" - dijo la Gata Blanca - "cuando os diga que es el mismo donde nos encontramos".
Dos hadas, un poco menos viejas que la que acompañaba a mi madre, vinieron a recibirla y la acogieron con gran alegría. Ella les rogó que la llevaran al jardín preferiblemente a la parte trasera donde encontraría los mejores frutos. "Son todos igual de buenos" afirmaron las hadas "si no fuera por el gran deseo que sientes por cogerlas con tus propias manos, te las habríamos llamado acercándotelas hasta aquí". "Os lo suplico, señoras mías" - dijo la Reina - hacedme el placer de ver tan grandiosa maravilla fuera de lo común". La mas vieja de las dos hadas acercó los dedos a la boca, dio tres silbidos y gritó: " albaricoques, melocotones, nueces, ciruelas, peras, melones, manzanas, naranjas, limones, uvas, fresas, frambuesas, corred a mi llamada".
"¡Pero cada fruta crece en diferentes estaciones del año!" - exclamó sorprendida la Reina -.
"No es así en nuestros huertos. Tenemos siempre todo tipo de fruta siempre buena, madura y no se ponen malas".
Entretanto las frutas llegaron rodando, trepando las unas sobre las otras sin mezclarse ni ensuciarse. La Reina que se moría de ganas se lanzó sobre ellas tomando las primeras que estaban más a mano. No se las comió: las devoró.
Cuando se encontró absolutamente llena, pidió a las hadas que la dejasen ir a la parte trasera para elegir la fruta antes de cogerla.“Pues claro - dijeron las hadas - pero recordaos la promesa que habéis hecho pues ya no tenéis tiempo para arrepentiros".
"Estoy convencida" - pudo decir entre bocado y bocado - "que aquí se debe vivir muy bien este palacio me parece tan bello que si no fuera por el amor tan grande que siento por el Rey, mi marido, me gustaría quedarme yo también. Veis que jamás me arrepentiré de lo que he prometido".
Las hadas estaban tan contentas que no se lo podían creer y abrieron sus jardines y recintos más apartados. Se encontraba tan bien la Reina, que se entretuvo tres días y tres noches sin alejarse de allí ni tan siquiera un minuto. Hizo un gran aprovisionamiento de fruta que cogió a más no poder porque sabía que se conservarían. Hizo cargar cuatro mil mulos que llevó consigo. Al regalo de las frutas, las hadas quisieron añadir canastas y cestas de oro tan finamente elaboradas que cortaban la respiración. Le prometieron que me habrían de criar como princesa con una educación perfecta y que a su debido tiempo elegirían un esposo. Además le dijeron que sería informada el día de la boda y que estaban seguras que no ella faltaría.
El Rey estaba encantado con el retorno de la Reina y toda la corte le demostró su gozo. Cada día organizaban un baile, mascaradas, fiestas y torneos donde las frutas llevadas por la Reina venían distribuidas como regalo exquisito. El mismo Rey lo prefería a cualquier otra cosa, pero no sabía del pacto con las hadas. Le preguntaba a la Reina en que país había estado para encontrar semejante delicia. Ella le respondía que las había encontrado en una altísima montaña, casi inaccesible o que crecían en un valle, en un jardín, o a veces inventaba que las había encontrado en medio de un bosque. El Rey no se explicaba tantas contradicciones. Interrogaba a quienes la habían acompañado, pero no osaban a decir ni media palabra pues se les tenía prohibido. Al final la Reina inquieta por la promesa hecha a las hadas y viendo llegar la hora del parto, se puso de mal humor. No hacía más que suspirar y se consumía como una vela por momentos. El Rey alarmado preguntaba insistente la razón de su tristeza un día y otro hasta que la Reina se vio obligada a contar lo sucedido entre ella y las hadas y como había prometido la hija que estaba por dar a luz.
"¡Cómo! - exclamó el Rey - no tenemos hijos y sabéis cuanto lo deseaba ¿y por la gula de comer dos o tres manzanas has sido capaz de prometer nuestra hija?. Se nota lo mucho que me queréis". Comenzó a hacerle reproches y le dijo tantos tantos, que mi madre casi muere del dolor. Y por si fuera poco, la encerró en una torre metiendo guardias por todas partes para que no pudiera hablar con nadie con excepción de los oficiales destinados a servirla. Para terminar, despidió a todos aquellos que la habían acompañado al castillo de las hadas.
Esta desavenencia entre el Rey y la Reina entristeció a la corte. Cada uno cambió su traje para adaptarlos a la aflicción general. En cuanto al Rey, se mostraba inflexible y no quiso ver más a su mujer. Apenas recién nacida me llevaron al palacio para ser criada mientras mi madre permanecía en prisión en la máxima desolación.
Las hadas estaban al corriente de lo que acaecía tomándoselo muy mal, deseando verme a toda costa porque me tenían como cosa suya opinando que retenerme en la corte era lo mismo que robarles. Antes de vengarse en la misma proporción de la ofensa, mandaron al Rey un mensaje para aconsejarlo de liberar a la Reina y readmitirla rogándole al mismo tiempo que me entregase a sus embajadores. Estos eran tan feos con una figura tan encorvada y pequeñita, que no pudieron hacer entrar en razón al Rey. Los echó sin contemplaciones amenazando que si no se alejaban rápido sufrirían las consecuencias.
Las hadas supieron de la discusión con mi padre y llenas de rabia hicieron mandar a los seis reinos toda clase de plagas, soltaron un horrible dragón que escupía veneno por donde pasaba, comía personas y bestias además de secar árboles y plantas con su aliento.
El Rey estaba desesperado. Consultó con todos los sabios del Estado para encontrar el modo de liberar a sus súbditos de tanta desgracia que les atormentaba. Unos le sugerían que fuera en busca de los mejores médicos del mundo con sus fiables remedios. Otros le aconsejaban que perdonase la vida a los condenados a muerte a cambio de ir a combatir contra el dragón. Al Rey le gustó el consejo, pero no obtuvo ningún provecho porque todos aquellos que iban a encontrar al dragón eran devorados. Así que no le quedó otra opción que recurrir a un hada que lo había tenido bajo su protección desde niño. Era una vieja tan vieja que no se levantaba casi nunca de la cama. Fue a su casa y la llenó de quejas porque no había venido en su ayuda permitiendo que tal destino lo maltratase.
"¿Qué queréis que haga?.Vos habéis hecho enfadar a mis hermanas, tienen tanto poder como yo y no es caso de enfrentarnos. Pensad mejor en claudicar entregándoles vuestra hija, esa princesita es suya. Vos habéis encerrado a la Reina en una minúscula prisión. ¿Qué os ha hecho una mujer tan amable para ser tratada tan mal?. Venga, sé bueno y mantén la promesa de tu mujer y os lloverá la felicidad".
El Rey, mi padre me quería mucho pero no viendo otra alternativa para salvar su reino y liberarse del fatal dragón, le dijo a su amiga que le había convencido por las buenas razones que le había dado y que sin condición me entregaría en manos de las hadas. De todas maneras sería cuidada y criada como una princesa, liberaría a la reina y sólo tenía que decirle a quién debía entregarme para que me llevasen al castillo de las hadas.
"Necesitas llevarla a la montaña de las flores - respondió la vieja hada - vos podéis quedaros allí a una cierta distancia para asistir a las fiestas que se harán en su honor".
El Rey prometió que dentro de ocho días iría con la Reina y que podía avisar a sus hermanas para que se preparasen para recibirme.
Continuará...
Macarena- Profesional
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
Espero que este silencio se deba a que está descansando y que mañana nos contará como se encuentra.
Dulces sueños pincesa...
Y a su madre un abrazo muy fuerte....
Dulces sueños pincesa...
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Mahal- Profesional
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
Hola mi niña;¿cómo sigues?...una vez más te pido que tengas mucha paciencia,que verás como todo pasa muy pronto y volverás a ser la misma de siempre...eres un encanto de niña y muy prontito vas a ser muy feliz,porque habrá pasado la mala racha que llevas.¿Sabes una cosa?,todas te queremos y estamos muy orgullosas de tí...ánimo,cielo mío,que ya queda menos para volver a casa...Espero que te guste el pollito...está ensayando para la fiesta que vamos a dar en honor de nuestra princesita....miles de besos,corazoncito....
Mamá de Alba,de nuevo la mando todo mi apoyo y mi cariño en éstos momentos por los que está pasando...por favor,con toda mi humildad,díganos algo de Alba pues no sabemos nada de ella...un abrazo....
mencar- Profesional
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
soy la madre de Alba, escribo estas lineas con la ayuda de una persona amiga ya que yo ni entiendo ni se como funciona esto de internet, mi hija me ha intentado enseñar muchas veces, pero la verdad es que nunca me ha llamado la atención y si empecé a entrar fue para saber con quien hablaba, donde estaba, y que es lo que hacia.
Alba ha entrado en un estado de shock séptico
mientras mi hija sueña en una uvi justo aquí al lado yo me he puesto a leer desde el principio todo lo que le habeis escrito, veo los dibujos, los cuentos, y todo el cariño con el que habeis tratado a Alba
no nos conoceis de nada y sin embargo sabeis más de ella que muchas personas cercanas, la reconozco en cada una de vuestras palabras
os agradezco de corazón todo lo que habeis hecho por mi hija, todas las sonrisas que habeis puesto en su cara, incluso cuando tenia muy pocos motivos para sonreir, se le iluminaba la cara con cada mensaje vuestro.
solo espero que salga y volvamos a esta habitación donde yo la pueda cuidar, solo espero volver juntas a casa
Alba ha entrado en un estado de shock séptico
mientras mi hija sueña en una uvi justo aquí al lado yo me he puesto a leer desde el principio todo lo que le habeis escrito, veo los dibujos, los cuentos, y todo el cariño con el que habeis tratado a Alba
no nos conoceis de nada y sin embargo sabeis más de ella que muchas personas cercanas, la reconozco en cada una de vuestras palabras
os agradezco de corazón todo lo que habeis hecho por mi hija, todas las sonrisas que habeis puesto en su cara, incluso cuando tenia muy pocos motivos para sonreir, se le iluminaba la cara con cada mensaje vuestro.
solo espero que salga y volvamos a esta habitación donde yo la pueda cuidar, solo espero volver juntas a casa
alba- Profesional
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Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
si lees esto soy la que te llamo,me acabas de dejar helada,y no se que decirte,aparte de que todo lo que se ha escrito aqui se ha hecho con todo el cariño del mundo,supongo que a medida que vayan entrando te iran diciendo.
luego te llamare con la esperanza de que me digas mas y vernos.
deseo que todo esto pase y alba y tu volvais a reir,ahora mismo no se que puedo decirte porque
luego te llamare con la esperanza de que me digas mas y vernos.
deseo que todo esto pase y alba y tu volvais a reir,ahora mismo no se que puedo decirte porque
Invitado- Invitado
Re: Para nuestra "PRINCESA DEL FORO"...ALBA!!!!!!!!!!!!!!
Buenos Días madre de Alba...
De la misma manera que semele, yo me he quedado helada también. Ruego a Dios que todo salga bien, y que pronto esteis juntas.
Creo que saben ambas que podeis contar con nosotras, aunque sea a la distancia.
El haber puesto una sonrisa en la boca de tu hija, eso es gratificante. Espero que podamos hacerlo contigo también pronto. (perdona el "tuteo" pero son atribuciones que me tomo por la edad). Pero tu hija se ha sabido ganar, no solo el cariño, sino incluso el respeto en el foro. Ella ha sido la primera que nos ha puesto una sonrisa, la que siempre ha tenido palabras de cariño y apoyo cuando alguno de nosotros no estaba bien. Tienes un gran tesoro con Alba.
Como quisiera no estar tan lejos para poder estar con vosotras (aunque solo sirva para incordiar) y estoy segura que la mayoría, por no decir todos, piensan lo mismo.
Por favor, en cuanto despierte, dale un enorme beso, no solo mío, me atrevo a decir que de parte de todos nosotros.
De la misma manera que semele, yo me he quedado helada también. Ruego a Dios que todo salga bien, y que pronto esteis juntas.
Creo que saben ambas que podeis contar con nosotras, aunque sea a la distancia.
El haber puesto una sonrisa en la boca de tu hija, eso es gratificante. Espero que podamos hacerlo contigo también pronto. (perdona el "tuteo" pero son atribuciones que me tomo por la edad). Pero tu hija se ha sabido ganar, no solo el cariño, sino incluso el respeto en el foro. Ella ha sido la primera que nos ha puesto una sonrisa, la que siempre ha tenido palabras de cariño y apoyo cuando alguno de nosotros no estaba bien. Tienes un gran tesoro con Alba.
Como quisiera no estar tan lejos para poder estar con vosotras (aunque solo sirva para incordiar) y estoy segura que la mayoría, por no decir todos, piensan lo mismo.
Por favor, en cuanto despierte, dale un enorme beso, no solo mío, me atrevo a decir que de parte de todos nosotros.
Macarena- Profesional
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