Gobierno y PSOE, acusados de "retención ilegal" y agresión.

Gobierno y PSOE, acusados de "retención ilegal" y agresión

Harto de que los funcionarios de Justicia le revienten sus mítines, Zapatero ha optado por acallar las protestas con mano dura. Pero ni por ésas: sólo le ha servido para acumular denuncias.

Lejos de alcanzar un acuerdo, la huelga de los funcionarios de Justicia se enquista a medida que pasan los días y se ha convertido en un auténtico incordio para José Luis Rodríguez Zapatero. Los huelguistas empezaron colándose en los mítines del candidato socialista blandiendo de forma pacífica pancartas del tipo "Justicia en huelga" y "Trabajo = salario". Entre abucheos y pitos de los asistentes, el personal de Seguridad les invitaba a marcharse y se iban.

Pero el problema ha ido a mayores, y de aquellos encontronazos dialécticos iniciales se ha pasado a los zarandeos, las retenciones y hasta las agresiones. Los sucesos más graves se registraron el pasado viernes en León y Cáceres y han terminado en denuncias que los afectados han cursado esta semana.

Zapatero daba un mitin el primer día de campaña en la tierra donde se crió. Como ya es costumbre, los funcionarios se organizaron para arruinarle la intervención. Salieron autobuses de Valladolid, Salamanca, Burgos, Zamora, Soria y Asturias. Ante los sucesos de los días anteriores, la Policía Nacional estaba al tanto de sus intenciones.

Interceptados y retenidos

Salvo los que venían de Soria y Asturias, el resto fueron interceptados por los agentes en plena ruta, ya cerca de la capital leonesa. A unos les hicieron desviarse a la cercana localidad de Virgen del Camino, donde permanecieron retenidos más de una hora y media. A otros se les escoltó hasta el Pabellón de Deportes de León, pero sin permitirles el paso. "Razones de seguridad", era lo que alegaban los policías, que les hicieron identificarse a todos. El centenar largo de funcionarios sorianos y asturianos que consiguieron acceder al recinto repitió la jugada de días anteriores: sacaron sus pancartas y se armó la trifulca antes de que hubiera comenzado el mitin. En esta ocasión, los miembros de Seguridad se emplearon más a fondo que otras veces en echarles.

Tanto que seis de los afectados han presentado denuncias acompañadas de partes médicos en Soria. A ellas se suma la de los funcionarios de Justicia zamoranos y vallisoletanos, que han denunciado al subdelegado del Gobierno en León y al delegado en la comunidad (Francisco Álvarez y Miguel Alejo) por "retención ilegal". Y piden su dimisión. "Lo que no hacen ni con los etarras lo están haciendo con nosotros. Lo nuestro es una huelga pacífica, no somos guerrilleros", señaló a este periódico el responsable del sindicato CSI-CSIF, Juan Antonio Martín. Por su parte, la Delegación negó categóricamente las acusaciones.

En Cáceres la sangre llegó al río el mismo día. Unos 70 funcionarios lograron entrar a un mitin de Juan Carlos Rodríguez Ibarra y, al ser expulsados, una de ellas acabó con un golpe en el pecho y otro con tres puntos de sutura en la frente por un puñetazo. La versión que dio el PSOE fue que accidentalmente rebotó el palo de una bandera y fue a parar a la frente del huelguista.

Aun así, los funcionarios anuncian que no piensan parar hasta que no consigan la equiparación salarial con las comunidades que tienen transferidas las competencias. El lunes, sindicatos y representantes del Ministerio de Justicia volvieron a reunirse durante casi siete horas y de nuevo salieron de allí sin acuerdo. De momento no hay fecha para un nuevo encuentro, pero los afectados confían en que la alargada sombra de las elecciones haga recapacitar y ceder al Gobierno. Mientras tanto seguirán intentando colarse en los actos de campaña del PSOE.