La mitología griega
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Re: La mitología griega
Poseidón
Es hijo de Cronos y hermano de Zeus, Hades y Demeter. Poseidón es el Dios de los mares. Al igual que Zeus que gobernaba sobre los cielos, Hades sobre el lugar de los muertos, Poseidón extiende su Reino sobre los océanos. Su símbolo es el Tridente que equivale a los rayos de Zeus y significa el control sobre los mares.
Poseidón, tomó por esposa a una ninfa del agua Anfitrite y a la cual le solía ser muy infiel, siendo además indiferente a las características físicas de sus amantes. Esta indiferencia, dio lugar a que parte de su descendencia estuviera constituída por criaturas terroríficas y viles.
De esa forma, con la gorgona Medusa, la de cabellera de serpiente y que convertía con su mirada a los hombres en piedra, engendró al gigante Crisar. También fue hijo de Poseidón el cíclope Polifemo que se enfrentó a Odiseo cuando volvía a su hogar luego de haber participado en la Guerra de Troya.
Dos de sus otros hijos Otus y Efialtes, encerraron durante trece meses a Ares , dios de la guerra en un tonel de bronce y persiguieron a Artemisa y Hera para raptarlas.
Como éstos provocaron la ira de los dioses y de los hombres, Poseidón los enterró bajo tierra, vigilándolos para mantenerlos alejados de los problemas que generalmente provocaban.
Conjuntamente con ser el dios de los mares, Poseidón lo era de los terremotos. Homero en la Iliada se refiere a él como el "Sacudidor de la tierra".
Al comenzar el reinado de los Olímpicos, cada dios seleccionó una región terrestre que se le asignaría específicamente. Como surgieron disputas entre ellos, ya que varios querian reinar sobre la misma zona. Poseidón terminó por obtener el continente de la Atlántida.
Dicho territorio en algún momento , acabó perdiendo gracia, ante sus ojos, motivo por el cual le provocó un terremoto de tal magnitud que la Atlántida se destruyó y desapareció para siempre en las profundidades del Océano.
Junto con sus hermanos Zeus , Hades y su hermana Demeter, diosa de la vegetación, Poseidón era uno de los cuatro dioses etónicos es decir dioses que mandaban sobre las fuerzas de la naturaleza.
Para los griegos, los mares contituían una fuente ilimitada de interrogantes ¿Por qué el mar estaba cubierto de olas? ¿Por qué las aguas de los mares de las cuales provenían parte de sus alimentos y recreación estética se vuelven destructores, inundando las costas y hundiendo las embarcaciones?.
Muchas de éstas preguntas aún nos las hacemos los hombres en estos tiempos y muchas quizás nunca vamos a ser capaces de poder responder.
Lo que si sabemos con certeza es que el océano es caprichoso y violento y actúa a su antojo. Es cruel y violento y ese carácter encaja con la personalidad de Poseidón.
marina- Amateur
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Re: La mitología griega
Pues si, el mar es violento, como lo es a veces la misma naturaleza. Yo creo que el planeta se regenera, y una de las maneras en que lo hace es así.
Saludos
Saludos
eenriquee- Enteradillo
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Re: La mitología griega
Mi favorita
El rapto de Persefone y el mito de la primavera
Cuenta la leyenda que Deméter (hermana o cuarta esposa de Zeus, según
diferentes versiones) era la diosa de la agricultura y vivía alejada
del Olimpo, entre la naturaleza, y cuidaba mucho a su hija Perséfone.
La joven crecía entre las ninfas y otras doncellas, felizmente rodeada
de plantas y flores. Un día Perséfone estaba cogiendo narcisos cuando
de repente Hades, el dios del Inframundo, emergió de una grieta
del suelo y se la llevó con él a las profundidades para hacerla su esposa.
Deméter castigó a las ninfas convirtiéndolas en las Sirenas
por no haber cuidado bien de su hija. Desolada por no poder hallar a su
hija, Deméter la buscó por nueve días y nueve noches con una antorcha
en cada mano, y por descuidar sus tareas de diosa de la agricultura, la
tierra se volvió estéril y marchita. Al décimo día Helios, dios del Sol
que todo lo ve, le confesó quién se la había llevado.
Por su parte, Zeus no pudo soportar más ver a la tierra agonizar y obligó a Hades a devolver
a Perséfone, enviando a Hermes para rescatarla. La única condición que se puso para liberar
a Perséfone fue que no probase bocado en todo el trayecto, pero Hades la engañó
para que comiese seis granadas, el fruto de los infiernos,
convirtiéndola en Reina del Inframundo y obligándola a regresar cada
año, un mes por cada granada comida. Otra versión dice que se llegó a
un acuerdo: una parte del año Perséfone lo pasaría con su esposo y, la otra parte, con su madre.
Cuando Perséfone regresa con su madre, Démeter muestra
su felicidad renovando la tierra, flores y frutos. Mientras que cuando
la joven desciende al Hades, la desolación de su madre se demuestra en
la tristeza del otoño y el invierno. Así se explicaba el ciclo anual de
las estaciones, dando origen también a los misterios eleusinos, uno
ritos de iniciación anuales dedicados a estas dos diosas que prometían
la inmortalidad en el Inframundo.
El rapto de Persefone y el mito de la primavera
Cuenta la leyenda que Deméter (hermana o cuarta esposa de Zeus, según
diferentes versiones) era la diosa de la agricultura y vivía alejada
del Olimpo, entre la naturaleza, y cuidaba mucho a su hija Perséfone.
La joven crecía entre las ninfas y otras doncellas, felizmente rodeada
de plantas y flores. Un día Perséfone estaba cogiendo narcisos cuando
de repente Hades, el dios del Inframundo, emergió de una grieta
del suelo y se la llevó con él a las profundidades para hacerla su esposa.
Deméter castigó a las ninfas convirtiéndolas en las Sirenas
por no haber cuidado bien de su hija. Desolada por no poder hallar a su
hija, Deméter la buscó por nueve días y nueve noches con una antorcha
en cada mano, y por descuidar sus tareas de diosa de la agricultura, la
tierra se volvió estéril y marchita. Al décimo día Helios, dios del Sol
que todo lo ve, le confesó quién se la había llevado.
Por su parte, Zeus no pudo soportar más ver a la tierra agonizar y obligó a Hades a devolver
a Perséfone, enviando a Hermes para rescatarla. La única condición que se puso para liberar
a Perséfone fue que no probase bocado en todo el trayecto, pero Hades la engañó
para que comiese seis granadas, el fruto de los infiernos,
convirtiéndola en Reina del Inframundo y obligándola a regresar cada
año, un mes por cada granada comida. Otra versión dice que se llegó a
un acuerdo: una parte del año Perséfone lo pasaría con su esposo y, la otra parte, con su madre.
Cuando Perséfone regresa con su madre, Démeter muestra
su felicidad renovando la tierra, flores y frutos. Mientras que cuando
la joven desciende al Hades, la desolación de su madre se demuestra en
la tristeza del otoño y el invierno. Así se explicaba el ciclo anual de
las estaciones, dando origen también a los misterios eleusinos, uno
ritos de iniciación anuales dedicados a estas dos diosas que prometían
la inmortalidad en el Inframundo.
Edith- Avanzado
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Re: La mitología griega
Perseo y Andromeda
Perseo era hijo de Dánae (hija de Acrisio, rey de Argos) y de Zeus. Un oráculo había
revelado a Acrisio que moriría a manos de uno de sus nietos, y por esta
razón, nacido Perseo, Acrisio ordenó que Dánae y su bebé fuesen
abandonados en una barca a merced de las olas.
Pero la frágil nave fue transportada por el viento hasta la isla de Serífea, donde fue
encontrada por un pescador llamado Dietys, que condujo a Dánae y al
pequeño Perseo a presencia del rey Polidectes, el cual los acogió con
benevolencia.
Veinte años después,la bravura de Perseo y el afecto que el pueblo le tenía oscurecieron la
gloria de Polidecto, que buscó un pretexto para alejarlo de su
presencia. Halagó las ambiciones del joven con promesas de triunfos y
le propuso una expedición gloriosa, aunque difícil.
Se trataba de ir al encuentro de Medusa, una de las tres Górgonas hijas
de Forcis, para luchar con ella y cortarle la cabeza. Medusa, en vez de
cabellos, tenía serpientes, y por su asqueroso aspecto convertía en
piedra a todos los que la contemplaban.
Perseo aceptó sin titubeos semejante misión y los dioses, ante su valentía, acudieron en
su ayuda. Atenea le cedió su escudo, cuya brillante y pulida superficie
semejaba un espejo reluciente; Hermes le dio sus sandalias aladas y una
fabulosa espada; y Hades le regaló un casco con la facultad de volverlo
invisible.
Armado con estas defensas, se trasladó al otro extremo del océano,
hasta la morada de Medusa, a la que halló sumida en un profundo sueño.
Utilizando el escudo de Atenea como guía,
a fin de no observar directamente a la cara del monstruo para no quedar
petrificado, y blandiendo la espada de Hermes, Perseo cortó la cabeza
de Medusa de un solo tajo.
Las otras Górgonas, Estenio y Euriale, se despertaron en ese momento y
quisieron vengar la muerte de su hermana, pero Perseo escapó de sus
garras por medio del casco que Hades le había dado, y remontó el vuelo
llevando consigo la cabeza de Medusa como trofeo.
Andrómeda era hija de Cefeo, rey de Etiopía, y de Casiopea, hija de Nereo. Ésta se había
jactado de ser la más bella entre todas las Nereidas, y ante tamaña
arrogancia las otras, ofendidas, hicieron queja común ante el dios
Poseidón. El dios de los mares acogió sus protestas y envió un terrible
monstruo marino para asolar el reino etíope.
Desesperado, Cefeo acudió a consultar el oráculo de Ammon, obteniendo una desagradable
respuesta: Andrómeda debía ser sacrificada para aplacar la ira de
Poseidón. Debería ser encadenada a las rocas de la costa y puesta a
merced del monstruo marino para que la devorase.
Cefeo no estaba dispuesto a ceder a tan nefasta exigencia, pero Andrómeda
decidió voluntariamente prestarse al sacrificio.
En su viaje de vuelta a casa, Perseo
acertó a pasar por Etiopía y allí, desde el aire, divisó a la hermosa
Andrómeda encadenada, a punto de ser engullida por el horrible
monstruo. Rápidamente, descendió para averiguar el motivo.
Andrómeda le reveló su identidad y las causas de su suplicio. Perseo,
conmovido, pactó con los padres de la joven que le sería concedida en
matrimonio si los libraba de la desgracia.
Utilizando la cabeza de Medusa que llevaba consigo, petrificó al
monstruo convirtiéndolo en coral para luego terminar de rematarlo con
su espada.
Cefeo y Casiopea, en el paroxismo de su
alegría, abrazan a Perseo como su salvador y su yerno. Al día siguiente
se celebran los esponsales, pero durante el banquete aparece Fineo,
hermano de Cefeo, a quien Andrómeda había sido prometida en matrimonio
anteriormente. No habiendo hecho nada por salvarla, ahora que la veía
libre tenía la intención de reclamar el cumplimiento del compromiso.
Acompañado por numerosos hombres, reta a Perseo, que está a punto de
ser derrotado ante la superioridad numérica de sus enemigos. Pero
entonces, Perseo recuerda la cabeza de Medusa, la saca de la bolsa en
la que la tenía escondida y la presenta ante sus atacantes. Fineo y sus
secuaces quedan irremediablemente transformados en fría roca.
Durante cuatro años, Perseo y Andrómeda vivieron felices en Etiopía y tuvieron un hijo,
Perses, que permaneció junto a sus abuelos maternos cuando sus padres
se trasladaron a Serífea.
Allí, Perseo mata a Polidectes, que durante su ausencia había tratado
de violar a su madre, Dánae.
Perseo, Andrómeda y Dánae ponen rumbo a Argos, donde Preto, hermano de
su abuelo, había arrebatado a Acrisio el trono de Argos. Perseo derrota
al usurpador y Acrisio, sabedor del camino triunfal de su nieto se
traslada a Larisa para felicitarlo y reconciliarse con él.
Ese mismo día se celebraban en la región unos juegos en los que Perseo
tomaba parte. Durante una de las pruebas, el héroe lanzó el disco con
tan mala fortuna que golpeó en la frente a Acrisio, matándolo en el
acto y cumpliéndose así el vaticinio que Acrisio había recibido del
oráculo hacía años.
Perseo era hijo de Dánae (hija de Acrisio, rey de Argos) y de Zeus. Un oráculo había
revelado a Acrisio que moriría a manos de uno de sus nietos, y por esta
razón, nacido Perseo, Acrisio ordenó que Dánae y su bebé fuesen
abandonados en una barca a merced de las olas.
Pero la frágil nave fue transportada por el viento hasta la isla de Serífea, donde fue
encontrada por un pescador llamado Dietys, que condujo a Dánae y al
pequeño Perseo a presencia del rey Polidectes, el cual los acogió con
benevolencia.
Veinte años después,la bravura de Perseo y el afecto que el pueblo le tenía oscurecieron la
gloria de Polidecto, que buscó un pretexto para alejarlo de su
presencia. Halagó las ambiciones del joven con promesas de triunfos y
le propuso una expedición gloriosa, aunque difícil.
Se trataba de ir al encuentro de Medusa, una de las tres Górgonas hijas
de Forcis, para luchar con ella y cortarle la cabeza. Medusa, en vez de
cabellos, tenía serpientes, y por su asqueroso aspecto convertía en
piedra a todos los que la contemplaban.
Perseo aceptó sin titubeos semejante misión y los dioses, ante su valentía, acudieron en
su ayuda. Atenea le cedió su escudo, cuya brillante y pulida superficie
semejaba un espejo reluciente; Hermes le dio sus sandalias aladas y una
fabulosa espada; y Hades le regaló un casco con la facultad de volverlo
invisible.
Armado con estas defensas, se trasladó al otro extremo del océano,
hasta la morada de Medusa, a la que halló sumida en un profundo sueño.
Utilizando el escudo de Atenea como guía,
a fin de no observar directamente a la cara del monstruo para no quedar
petrificado, y blandiendo la espada de Hermes, Perseo cortó la cabeza
de Medusa de un solo tajo.
Las otras Górgonas, Estenio y Euriale, se despertaron en ese momento y
quisieron vengar la muerte de su hermana, pero Perseo escapó de sus
garras por medio del casco que Hades le había dado, y remontó el vuelo
llevando consigo la cabeza de Medusa como trofeo.
Andrómeda era hija de Cefeo, rey de Etiopía, y de Casiopea, hija de Nereo. Ésta se había
jactado de ser la más bella entre todas las Nereidas, y ante tamaña
arrogancia las otras, ofendidas, hicieron queja común ante el dios
Poseidón. El dios de los mares acogió sus protestas y envió un terrible
monstruo marino para asolar el reino etíope.
Desesperado, Cefeo acudió a consultar el oráculo de Ammon, obteniendo una desagradable
respuesta: Andrómeda debía ser sacrificada para aplacar la ira de
Poseidón. Debería ser encadenada a las rocas de la costa y puesta a
merced del monstruo marino para que la devorase.
Cefeo no estaba dispuesto a ceder a tan nefasta exigencia, pero Andrómeda
decidió voluntariamente prestarse al sacrificio.
En su viaje de vuelta a casa, Perseo
acertó a pasar por Etiopía y allí, desde el aire, divisó a la hermosa
Andrómeda encadenada, a punto de ser engullida por el horrible
monstruo. Rápidamente, descendió para averiguar el motivo.
Andrómeda le reveló su identidad y las causas de su suplicio. Perseo,
conmovido, pactó con los padres de la joven que le sería concedida en
matrimonio si los libraba de la desgracia.
Utilizando la cabeza de Medusa que llevaba consigo, petrificó al
monstruo convirtiéndolo en coral para luego terminar de rematarlo con
su espada.
Cefeo y Casiopea, en el paroxismo de su
alegría, abrazan a Perseo como su salvador y su yerno. Al día siguiente
se celebran los esponsales, pero durante el banquete aparece Fineo,
hermano de Cefeo, a quien Andrómeda había sido prometida en matrimonio
anteriormente. No habiendo hecho nada por salvarla, ahora que la veía
libre tenía la intención de reclamar el cumplimiento del compromiso.
Acompañado por numerosos hombres, reta a Perseo, que está a punto de
ser derrotado ante la superioridad numérica de sus enemigos. Pero
entonces, Perseo recuerda la cabeza de Medusa, la saca de la bolsa en
la que la tenía escondida y la presenta ante sus atacantes. Fineo y sus
secuaces quedan irremediablemente transformados en fría roca.
Durante cuatro años, Perseo y Andrómeda vivieron felices en Etiopía y tuvieron un hijo,
Perses, que permaneció junto a sus abuelos maternos cuando sus padres
se trasladaron a Serífea.
Allí, Perseo mata a Polidectes, que durante su ausencia había tratado
de violar a su madre, Dánae.
Perseo, Andrómeda y Dánae ponen rumbo a Argos, donde Preto, hermano de
su abuelo, había arrebatado a Acrisio el trono de Argos. Perseo derrota
al usurpador y Acrisio, sabedor del camino triunfal de su nieto se
traslada a Larisa para felicitarlo y reconciliarse con él.
Ese mismo día se celebraban en la región unos juegos en los que Perseo
tomaba parte. Durante una de las pruebas, el héroe lanzó el disco con
tan mala fortuna que golpeó en la frente a Acrisio, matándolo en el
acto y cumpliéndose así el vaticinio que Acrisio había recibido del
oráculo hacía años.
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Re: La mitología griega
El rapto de Europa
Según la leyenda, Zeus estaba enamorado de Europa y decidió seducirla o violarla, siendo ambas versiones casi equivalentes en la mitología griega. Se transformó en un toro blanco (o poseyó a uno) y se mezcló con las manadas de su padre. Mientras Europa y su séquito recogían flores cerca de la playa, ella vio al toro y acarició sus costados y, viendo que era manso, terminó por subir a su lomo. Zeus aprovechó esa oportunidad y corrió al mar, nadando con ella a su espalda hasta la isla de Creta. Entonces reveló su auténtica identidad y Europa se convirtió en la primera reina de Creta. El acto amoroso tuvo lugar bajo un plátano, árbol que según la mitología debe el que sus hojas sean perennes a este acontecimiento.
Zeus le dio tres regalos: Talos, un autómata de bronce; Laelaps, un perro que nunca soltaba a su presa; y una jabalina que nunca erraba. Más tarde Zeus recreó la forma del toro blanco en las estrellas que actualmente se conocen como la constelación Tauro. Algunas leyendas cuentan que este mismo toro fue con el que se topó Heracles, y que finalmente engendró al Minotauro.
Familia
Las fuentes difieren en los detalles acerca de su familia pero coinciden en que es fenicia, y de un linaje que descendía de Ío, la mítica princesa que fue transformada en una ternera. Más comúnmente se dice que era la hija del rey fenicio Agenor y la reina Telefasa de Tiro.
Otras fuentes, como la Ilíada, afirman que era la hija del hijo de Agenor, Fénix. Se suele estar de acuerdo en que tenía dos hermanos, Cadmo, quien llevó el alfabeto al continente griego, y Cílix, quien dio nombre a la región de Cilicia (actual Armenia).
Tras llegar a Creta, Europa tuvo tres hijos, engendrados por Zeus: Minos, Radamantis y Sarpedón. Asterión, rey de Creta, se casó con ella y adoptó a sus hijos.
Europa en la literatura
Ovidio
El poeta Ovidio escribió la siguiente descripción de la seducción de Zeus:
Y poco a poco, el miedo quitado, ora sus pechos le presta
para que con su virgínea mano lo palme, ora los cuernos, para que guirnaldas
los impidan nuevas. Se atrevió también la regia virgen,
ignorante de a quién montaba, en la espalda sentarse del toro:
cuando el dios, de la tierra y del seco litoral, insensiblemente,
las falsas plantas de sus pies a lo primero pone en las ondas;
de allí se va más lejos, y por las superficies de mitad del ponto
se lleva su botín. Se asusta ella y, arrancada a su litoral abandonado,
vuelve a él sus ojos, y con la diestra un cuerno tiene, la otra al dorso
impuesta está; trémulas ondulan con la brisa sus ropas.
Los pintorescos detalles pertenecen a la anécdota y la fábula: en todas las representaciones, ya sea montando el toro a horcajadas, como en las pinturas de vasijas arcaicas o en el destrozado fragmento de metopa de Sición, o graciosamente sentada de lado en un mosaico del norte de África, Europa no muestra el menor miedo. Con frecuencia Europa se apacigua a sí misma tocando uno de los cuernos del toro, condescendiente.
Heródoto
Según Heródoto, Europa fue secuestrada por los minoicos, quienes buscaban vengar el secuestro de Ío, una princesa de Argos. Esta variante de la historia puede haber sido un intento de racionalizar el mito anterior.
Según la leyenda, Zeus estaba enamorado de Europa y decidió seducirla o violarla, siendo ambas versiones casi equivalentes en la mitología griega. Se transformó en un toro blanco (o poseyó a uno) y se mezcló con las manadas de su padre. Mientras Europa y su séquito recogían flores cerca de la playa, ella vio al toro y acarició sus costados y, viendo que era manso, terminó por subir a su lomo. Zeus aprovechó esa oportunidad y corrió al mar, nadando con ella a su espalda hasta la isla de Creta. Entonces reveló su auténtica identidad y Europa se convirtió en la primera reina de Creta. El acto amoroso tuvo lugar bajo un plátano, árbol que según la mitología debe el que sus hojas sean perennes a este acontecimiento.
Zeus le dio tres regalos: Talos, un autómata de bronce; Laelaps, un perro que nunca soltaba a su presa; y una jabalina que nunca erraba. Más tarde Zeus recreó la forma del toro blanco en las estrellas que actualmente se conocen como la constelación Tauro. Algunas leyendas cuentan que este mismo toro fue con el que se topó Heracles, y que finalmente engendró al Minotauro.
Familia
Las fuentes difieren en los detalles acerca de su familia pero coinciden en que es fenicia, y de un linaje que descendía de Ío, la mítica princesa que fue transformada en una ternera. Más comúnmente se dice que era la hija del rey fenicio Agenor y la reina Telefasa de Tiro.
Otras fuentes, como la Ilíada, afirman que era la hija del hijo de Agenor, Fénix. Se suele estar de acuerdo en que tenía dos hermanos, Cadmo, quien llevó el alfabeto al continente griego, y Cílix, quien dio nombre a la región de Cilicia (actual Armenia).
Tras llegar a Creta, Europa tuvo tres hijos, engendrados por Zeus: Minos, Radamantis y Sarpedón. Asterión, rey de Creta, se casó con ella y adoptó a sus hijos.
Europa en la literatura
Ovidio
El poeta Ovidio escribió la siguiente descripción de la seducción de Zeus:
Y poco a poco, el miedo quitado, ora sus pechos le presta
para que con su virgínea mano lo palme, ora los cuernos, para que guirnaldas
los impidan nuevas. Se atrevió también la regia virgen,
ignorante de a quién montaba, en la espalda sentarse del toro:
cuando el dios, de la tierra y del seco litoral, insensiblemente,
las falsas plantas de sus pies a lo primero pone en las ondas;
de allí se va más lejos, y por las superficies de mitad del ponto
se lleva su botín. Se asusta ella y, arrancada a su litoral abandonado,
vuelve a él sus ojos, y con la diestra un cuerno tiene, la otra al dorso
impuesta está; trémulas ondulan con la brisa sus ropas.
Los pintorescos detalles pertenecen a la anécdota y la fábula: en todas las representaciones, ya sea montando el toro a horcajadas, como en las pinturas de vasijas arcaicas o en el destrozado fragmento de metopa de Sición, o graciosamente sentada de lado en un mosaico del norte de África, Europa no muestra el menor miedo. Con frecuencia Europa se apacigua a sí misma tocando uno de los cuernos del toro, condescendiente.
Heródoto
Según Heródoto, Europa fue secuestrada por los minoicos, quienes buscaban vengar el secuestro de Ío, una princesa de Argos. Esta variante de la historia puede haber sido un intento de racionalizar el mito anterior.
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Re: La mitología griega
Dioscuros
Castor y Pólux
En la mitología griega los Dioscuros (en griego antiguo Dióskouroi, ‘hijos de Zeus’) eran dos famosos héroes, hijos gemelos de Leda y hermanos de Helena de Troya y Clitemnestra, llamados Cástor y Pólux o Polideuco. En latín eran conocidos como Gemini, ‘gemelos’ y a veces como Castores. Según el Lexicon de Liddell y Scott, Kástôr significaba ‘castor’ en griego antiguo y Polydeúkês, ‘muy dulce’.
A pesar de su nombre, la historia de su paternidad es confusa. La versión más conocida es que Zeus se metamorfoseó en cisne y sedujo así a Leda. Por esto se dice con frecuencia que los hijos de Leda salieron de dos huevos que ésta puso. Sin embargo, otras muchas fuentes afirman que el marido mortal de Leda, el rey Tíndaro de Lacedemonia, fue en realidad el padre de algunos de los hijos, por lo que a menudo eran llamados con el patronímico Tindáridas.
La cuestión de qué hijos eran mortales o medio inmortales y cuáles nacieron de un huevo u otro depende de la fuente: a veces se dice que Cástor y Pólux eran ambos mortales, y a veces que inmortales. Lo que sí coincide es que si sólo uno de ellos es considerado inmortal, éste era Pólux.
Para complicar aún más la cuestión, la historia de Zeus convertido en cisne se asocia a veces con la diosa Némesis. En esta tradición, era la diosa la que fue seducida y puso el huevo, pero éste fue entonces hallado, o llegó a manos de Leda. Sin embargo, esta historia suele asociarse más con Helena que con Cástor y Pólux.
Cástor era famoso por su habilidad para domar caballos y cabalgarlos y Pólux por su destreza en el boxeo.
Cuando Teseo y Pirítoo secuestraron a su hermana Helena y la llevaron a Afidna, los Dioscuros la rescataron y raptaron en venganza a la madre de Teseo, Etra. También acompañaron a Jasón en el Argo. Durante el viaje, Pólux mató al rey Ámico en un combate de boxeo.
Cuando Astidamía, reina de Yolco, ofendió a Peleo, los Dioscuros le ayudaron devastar su país.
Cástor y Pólux raptaron a las hijas de Leucipo, Hilaira y Febe, y se casaron con ellas. Por esto, Idas y Linceo, sobrinos de Leucipo (o pretendientes rivales), mataron a Cástor. Pólux, que había recibido el don de la inmortalidad de Zeus, convenció a su padre para que lo concediera también a Cástor. Así, ambos se alternaban como dioses en el Olimpo y como mortales fallecidos en el Hades.
Su fiesta se celebraba el 15 de julio. Aunque en la mitología griega Cástor era mucho más venerado que Pólux, ambos tenían su propio templo en el Foro Romano.
Compáreseles con Anfión y Zeto de Tebas, con Rómulo y Remo de Roma y con los Asvins de la mitología védica. Algunos autores han supuesto un origen común indoeuropeo para el mito de los dioses gemelos.
Se dice que la constelación Géminis representa a estos gemelos, y sus estrellas más brillantes ( Geminorum) se llaman Castor y Pólux en su honor. Hay también fuentes antiguas que los identifica con las estrellas de la mañana y la noche. Otras fuentes designan a los Dioscuros el rol de patrones de los marineros, con esa advocación se les dedicó un templo en el puerto de Naucratis, Egipto.
Castor y Pólux
En la mitología griega los Dioscuros (en griego antiguo Dióskouroi, ‘hijos de Zeus’) eran dos famosos héroes, hijos gemelos de Leda y hermanos de Helena de Troya y Clitemnestra, llamados Cástor y Pólux o Polideuco. En latín eran conocidos como Gemini, ‘gemelos’ y a veces como Castores. Según el Lexicon de Liddell y Scott, Kástôr significaba ‘castor’ en griego antiguo y Polydeúkês, ‘muy dulce’.
A pesar de su nombre, la historia de su paternidad es confusa. La versión más conocida es que Zeus se metamorfoseó en cisne y sedujo así a Leda. Por esto se dice con frecuencia que los hijos de Leda salieron de dos huevos que ésta puso. Sin embargo, otras muchas fuentes afirman que el marido mortal de Leda, el rey Tíndaro de Lacedemonia, fue en realidad el padre de algunos de los hijos, por lo que a menudo eran llamados con el patronímico Tindáridas.
La cuestión de qué hijos eran mortales o medio inmortales y cuáles nacieron de un huevo u otro depende de la fuente: a veces se dice que Cástor y Pólux eran ambos mortales, y a veces que inmortales. Lo que sí coincide es que si sólo uno de ellos es considerado inmortal, éste era Pólux.
Para complicar aún más la cuestión, la historia de Zeus convertido en cisne se asocia a veces con la diosa Némesis. En esta tradición, era la diosa la que fue seducida y puso el huevo, pero éste fue entonces hallado, o llegó a manos de Leda. Sin embargo, esta historia suele asociarse más con Helena que con Cástor y Pólux.
Cástor era famoso por su habilidad para domar caballos y cabalgarlos y Pólux por su destreza en el boxeo.
Cuando Teseo y Pirítoo secuestraron a su hermana Helena y la llevaron a Afidna, los Dioscuros la rescataron y raptaron en venganza a la madre de Teseo, Etra. También acompañaron a Jasón en el Argo. Durante el viaje, Pólux mató al rey Ámico en un combate de boxeo.
Cuando Astidamía, reina de Yolco, ofendió a Peleo, los Dioscuros le ayudaron devastar su país.
Cástor y Pólux raptaron a las hijas de Leucipo, Hilaira y Febe, y se casaron con ellas. Por esto, Idas y Linceo, sobrinos de Leucipo (o pretendientes rivales), mataron a Cástor. Pólux, que había recibido el don de la inmortalidad de Zeus, convenció a su padre para que lo concediera también a Cástor. Así, ambos se alternaban como dioses en el Olimpo y como mortales fallecidos en el Hades.
Su fiesta se celebraba el 15 de julio. Aunque en la mitología griega Cástor era mucho más venerado que Pólux, ambos tenían su propio templo en el Foro Romano.
Compáreseles con Anfión y Zeto de Tebas, con Rómulo y Remo de Roma y con los Asvins de la mitología védica. Algunos autores han supuesto un origen común indoeuropeo para el mito de los dioses gemelos.
Se dice que la constelación Géminis representa a estos gemelos, y sus estrellas más brillantes ( Geminorum) se llaman Castor y Pólux en su honor. Hay también fuentes antiguas que los identifica con las estrellas de la mañana y la noche. Otras fuentes designan a los Dioscuros el rol de patrones de los marineros, con esa advocación se les dedicó un templo en el puerto de Naucratis, Egipto.
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Fecha de inscripción : 10/10/2008
Re: La mitología griega
Jasón
Jasón es un héroe mitológico griego. Era hijo de Esón y de Alcímeda, rey de Yolcos, quien destronó a su tío Pelias. Éste fue advertido por el oráculo de que tuviera cuidado con un hombre calzado con una sola sandalia porque pondría en peligro su trono.
Jasón fue educado por el centauro Quirón hasta que fue adulto. Cuando Jasón cumplió los veinte años, se dirigió a Yolcos dispuesto a recuperar el trono que por herencia le pertenecía. En el camino, tuvo que cruzar un río donde perdió una de sus sandalias. Al llegar a la ciudad, fue llamado por su tío Pelias y éste, al darse cuenta de que aquél podía ser el hombre que anunciaba el oráculo, decidió alejarlo de su tierra enviándolo a una difícil misión: viajar hasta la Cólquida (al pie del Cáucaso), y traer de allí el vellocino de oro, que había sido la piel de un carnero fabuloso que había salvado la vida a Frixo, antepasado de Pelias, y lo había trasladado a la Cólquida. Allí Frixo ofreció en sacrificio a Zeus este carnero y luego regaló la piel del animal, que era de oro, al rey Eetes, que lo depositó en un árbol custodiado por dos toros que arrojaban fuego por la boca y una serpiente que nunca dormía.
Los Argonautas
Jasón, acompañado de un grupo de unos cincuenta héroes griegos (Orfeo, Cástor, Pólux, Peleo, Hércules, Teseo, Laertes, Atalanta —única mujer de la expedición, famosa corredora y arquera—, Meleagro...) organizó la expedición. Le encargó a Argos, la construcción del navío que recibió el nombre de Argo en homenaje a su constructor. Y del nombre de la nave tomaron a su vez el de Argonautas (marineros de Argo) los héroes que en ella embarcaron. Reunidos pues los Argonautas, se hicieron a la mar en dirección a la Cólquida.
No mucho después llegaron a la isla de Lemnos, donde sólo habitaban mujeres. La reina, Hipsípila, que se enamoró de Jasón, le contó que las mujeres de la isla habían sido castigadas por la diosa Afrodita, al no rendirle culto, impregnándolas de un olor tan desagradable que los hombres las habían rechazado, uniéndose con mujeres de las islas vecinas. En venganza, las lemnias mataron a los hombres de la isla. Los Argonautas permanecieron con ellas un tiempo y luego se marcharon.
Después de pasar por algunos países, llegaron a Salmideso donde encontraron a Fineo, ciego y adivino, al que los Argonautas ayudaron a deshacerse de las Harpías, monstruos voladores con rostro de mujer, garras y alas, que, cumpliendo un castigo impuesto por los dioses, impedían que Fineo pudiera alimentarse.
Fineo, en agradecimiento, informó a los Argonautas sobre el camino a seguir hasta la Cólquida y además les dijo cómo podían superar el peligro que les esperaba al llegar a las Rocas Azules, dos enormes peñascos flotantes en continuo movimiento que chocaban entre sí aplastando a todos los que pretendían pasar entre ellas.
Superado este obstáculo, llegaron a la Cólquida. Jasón anunció a su rey, Eetes, su propósito. Éste le dijo que le dejaría llevarse el vellocino de oro si antes conseguía uncir a los dos toros que lo custodiaban, arar un campo con ellos, arrojar sobre los surcos unos dientes que había entregado Atenea al rey y luego vencer a una serpiente que nunca dormía y que permanecía al pie del árbol donde se hallaba el vellocino. Medea, la hija del rey Eetes, que era hechicera, se enamoró apasionadamente de Jasón y ayudó a éste a llevar a buen término su hazaña (previo compromiso de Jasón de llevarla consigo a Yolcos), poniendo en práctica su brujería.
Dio a Jasón una pócima mágica para que no le hicieran daño los toros monstruosos. Habiendo conseguido uncir a los toros, lanzó los dientes sobre los surcos hechos en la tierra. De ellos brotaron cientos de hombres armados que se lanzaron contra el héroe, pero éste, siguiendo las instrucciones de Medea, arrojó una piedra entre ellos y los ejércitos se enfrentaron entre sí. Luego, Medea provocó un terrible sueño a la serpiente, Jasón se apoderó de la preciada piel y huyó con sus hombres, con Medea y con el hermano de ésta, Apsirto, en su embarcación. Los hombres de Eetes persiguieron a la nave y Medea mató a su hermano, lo despedazó y lo arrojó al mar. El rey Eetes recogió los restos de su hijo y perdió de vista a los Argonautas.
Después de esto, los Argonautas emprendieron el regreso sorteando diversos peligros: tempestades, el asedio de las Sirenas, el ataque de los monstruos Escila y Caribdis. Finalmente llegaron a Yolcos. Allí Pelias recibió de Jasón el vellocino y luego murió, a manos de sus propias hijas, debido a una artimaña de Medea. Entonces Jasón y Medea huyeron a Corinto. Tuvieron dos hijos. Pero más tarde Jasón repudió a su mujer para casarse con Glauca, hija del rey de Corinto. Medea, para vengarse, acabó con la vida de Glauca y con la de los hijos que había tenido con Jasón.
Espero que os gusten y no os haya cansado mucho...
Jasón es un héroe mitológico griego. Era hijo de Esón y de Alcímeda, rey de Yolcos, quien destronó a su tío Pelias. Éste fue advertido por el oráculo de que tuviera cuidado con un hombre calzado con una sola sandalia porque pondría en peligro su trono.
Jasón fue educado por el centauro Quirón hasta que fue adulto. Cuando Jasón cumplió los veinte años, se dirigió a Yolcos dispuesto a recuperar el trono que por herencia le pertenecía. En el camino, tuvo que cruzar un río donde perdió una de sus sandalias. Al llegar a la ciudad, fue llamado por su tío Pelias y éste, al darse cuenta de que aquél podía ser el hombre que anunciaba el oráculo, decidió alejarlo de su tierra enviándolo a una difícil misión: viajar hasta la Cólquida (al pie del Cáucaso), y traer de allí el vellocino de oro, que había sido la piel de un carnero fabuloso que había salvado la vida a Frixo, antepasado de Pelias, y lo había trasladado a la Cólquida. Allí Frixo ofreció en sacrificio a Zeus este carnero y luego regaló la piel del animal, que era de oro, al rey Eetes, que lo depositó en un árbol custodiado por dos toros que arrojaban fuego por la boca y una serpiente que nunca dormía.
Los Argonautas
Jasón, acompañado de un grupo de unos cincuenta héroes griegos (Orfeo, Cástor, Pólux, Peleo, Hércules, Teseo, Laertes, Atalanta —única mujer de la expedición, famosa corredora y arquera—, Meleagro...) organizó la expedición. Le encargó a Argos, la construcción del navío que recibió el nombre de Argo en homenaje a su constructor. Y del nombre de la nave tomaron a su vez el de Argonautas (marineros de Argo) los héroes que en ella embarcaron. Reunidos pues los Argonautas, se hicieron a la mar en dirección a la Cólquida.
No mucho después llegaron a la isla de Lemnos, donde sólo habitaban mujeres. La reina, Hipsípila, que se enamoró de Jasón, le contó que las mujeres de la isla habían sido castigadas por la diosa Afrodita, al no rendirle culto, impregnándolas de un olor tan desagradable que los hombres las habían rechazado, uniéndose con mujeres de las islas vecinas. En venganza, las lemnias mataron a los hombres de la isla. Los Argonautas permanecieron con ellas un tiempo y luego se marcharon.
Después de pasar por algunos países, llegaron a Salmideso donde encontraron a Fineo, ciego y adivino, al que los Argonautas ayudaron a deshacerse de las Harpías, monstruos voladores con rostro de mujer, garras y alas, que, cumpliendo un castigo impuesto por los dioses, impedían que Fineo pudiera alimentarse.
Fineo, en agradecimiento, informó a los Argonautas sobre el camino a seguir hasta la Cólquida y además les dijo cómo podían superar el peligro que les esperaba al llegar a las Rocas Azules, dos enormes peñascos flotantes en continuo movimiento que chocaban entre sí aplastando a todos los que pretendían pasar entre ellas.
Superado este obstáculo, llegaron a la Cólquida. Jasón anunció a su rey, Eetes, su propósito. Éste le dijo que le dejaría llevarse el vellocino de oro si antes conseguía uncir a los dos toros que lo custodiaban, arar un campo con ellos, arrojar sobre los surcos unos dientes que había entregado Atenea al rey y luego vencer a una serpiente que nunca dormía y que permanecía al pie del árbol donde se hallaba el vellocino. Medea, la hija del rey Eetes, que era hechicera, se enamoró apasionadamente de Jasón y ayudó a éste a llevar a buen término su hazaña (previo compromiso de Jasón de llevarla consigo a Yolcos), poniendo en práctica su brujería.
Dio a Jasón una pócima mágica para que no le hicieran daño los toros monstruosos. Habiendo conseguido uncir a los toros, lanzó los dientes sobre los surcos hechos en la tierra. De ellos brotaron cientos de hombres armados que se lanzaron contra el héroe, pero éste, siguiendo las instrucciones de Medea, arrojó una piedra entre ellos y los ejércitos se enfrentaron entre sí. Luego, Medea provocó un terrible sueño a la serpiente, Jasón se apoderó de la preciada piel y huyó con sus hombres, con Medea y con el hermano de ésta, Apsirto, en su embarcación. Los hombres de Eetes persiguieron a la nave y Medea mató a su hermano, lo despedazó y lo arrojó al mar. El rey Eetes recogió los restos de su hijo y perdió de vista a los Argonautas.
Después de esto, los Argonautas emprendieron el regreso sorteando diversos peligros: tempestades, el asedio de las Sirenas, el ataque de los monstruos Escila y Caribdis. Finalmente llegaron a Yolcos. Allí Pelias recibió de Jasón el vellocino y luego murió, a manos de sus propias hijas, debido a una artimaña de Medea. Entonces Jasón y Medea huyeron a Corinto. Tuvieron dos hijos. Pero más tarde Jasón repudió a su mujer para casarse con Glauca, hija del rey de Corinto. Medea, para vengarse, acabó con la vida de Glauca y con la de los hijos que había tenido con Jasón.
Espero que os gusten y no os haya cansado mucho...
Mahal- Profesional
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Re: La mitología griega
LAS VERDADERAS CAUSAS DE LA GUERRA DE TROYA
La causa mítica de la guerra se centra en una estancia de Paris en Esparta, en la corte de Menelao, esposo de Helena, Afrodita intervino para cumplir una promesa hecha a Paris: infundió en Helena y Paris una mutua pasión que provocó el rapto de Helena, transportada por Paris a Troya. Menelao y los antiguos pretendientes de la princesa, obligados por un juramento, organizaron la expedición de rescate de la esposa, lo que dio lugar a la guerra de Troya.
Todo esto queda muy bonito en literatura y en películas, pero la verdadera causa de la guerra no fue esta. Fue algo más mundano y más terrenal.
La privilegiada situación geográfica de los troyanos le hacian controlar las rutas comerciales con oriente y esa fue la causa real del ataque de la confederación de pueblos aqueos, ya que Troya hacia pagar peaje a los barcos que se dirigían a los reinos que bordeaban el actual Mar Negro, por lo que lo que éstos se aliaron para suprimir tal impuesto. La fórmula para terminar con el poderío troyano fue ahogar su economía. Es impensable que una ciudad sitiada totalmente aguantase diez años como se menciona en la Iliada de Homero. Seguramente serían incursiones guerreras a lo largo del tiempo que acabaron con la resistencia troyana por desgaste.
No se puede olvidar que la literatura de la época era bastante dramática y fantasiosa, por lo que es lógico pensar que aglutinarían en una sola batalla estas escaramuzas e incursiones hacia Troya para hacerlo más epopéyico.
El rapto de Helena no hay evidencias de que ocurriese. De todas formas suponiendo que fuera cierto, no fue la razón principal de la guerra.
Saludos
La causa mítica de la guerra se centra en una estancia de Paris en Esparta, en la corte de Menelao, esposo de Helena, Afrodita intervino para cumplir una promesa hecha a Paris: infundió en Helena y Paris una mutua pasión que provocó el rapto de Helena, transportada por Paris a Troya. Menelao y los antiguos pretendientes de la princesa, obligados por un juramento, organizaron la expedición de rescate de la esposa, lo que dio lugar a la guerra de Troya.
Todo esto queda muy bonito en literatura y en películas, pero la verdadera causa de la guerra no fue esta. Fue algo más mundano y más terrenal.
La privilegiada situación geográfica de los troyanos le hacian controlar las rutas comerciales con oriente y esa fue la causa real del ataque de la confederación de pueblos aqueos, ya que Troya hacia pagar peaje a los barcos que se dirigían a los reinos que bordeaban el actual Mar Negro, por lo que lo que éstos se aliaron para suprimir tal impuesto. La fórmula para terminar con el poderío troyano fue ahogar su economía. Es impensable que una ciudad sitiada totalmente aguantase diez años como se menciona en la Iliada de Homero. Seguramente serían incursiones guerreras a lo largo del tiempo que acabaron con la resistencia troyana por desgaste.
No se puede olvidar que la literatura de la época era bastante dramática y fantasiosa, por lo que es lógico pensar que aglutinarían en una sola batalla estas escaramuzas e incursiones hacia Troya para hacerlo más epopéyico.
El rapto de Helena no hay evidencias de que ocurriese. De todas formas suponiendo que fuera cierto, no fue la razón principal de la guerra.
Saludos
eenriquee- Enteradillo
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Re: La mitología griega
Qué buenos aportes, da gusto leerlos chicos!!!
marina- Amateur
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Re: La mitología griega
Príapo
Priapo
es el Dios de la fertilidad, protector de jardines y rebaños. Al
principio representaba la fecundidad del suelo. Personificación de la
virilidad y el amor carnal. Dios pastoral y marino, protector de los
rebaños y los pescadores. Es portador de buena suerte y anula los
maleficios de los que intentan perjudicar las cosechas. Se le considera
símbolo de la buena agricultura y de la caza. Se le atribuían los
beneficios de la fructificación, poseía la virtud profética.
Es considerado hijo de Afrodita
(Venus), diosa del amor, y de Dionisio (Baco), dios del vino, o según
algunos relatos, de Hermes (Mercurio), mensajero de los dioses. Solía
representarse a Priapo como un individuo grotesco y deforme, con un
enorme falo siempre erecto. Por lo que nunca podía mantener relaciones
sexuales a causa del excesivo tamaño.
Priapo creció en Lámpsaco, ciudad que según se cree fue fundada por él.
Una de las leyendas dice que Priapo era hijo de Afrodita
y Dionisio con quien tuvo relaciones sexuales poco antes de casarse con
Hefesto (Vulcano), el herrero de los dioses. Hera celosa de su
relación, tocó el vientre de su rival mientras estaba embarazada.
Debido a esto, el niño nació deforme. Afrodita temerosa de las burlas
de los demás dioses le abandonó en el monte. Allí lo recogieron unos
pastores que lo criaron y veneraron como a un dios.
Un día Priapo embriagado intentó violar a Hestia
(Vesta), diosa del hogar y del fuego sagrado. Dormían todos los dioses
bajo el efecto del vino. Un asno rebuznó. Despertó Hestia, también
dormida y se levantó furiosa contra Priapo, que huyó a todo correr. Otra
versión de este incidente cuenta que Priapo intento violar a Lotis. La
ninfa, prevenida por un animal logro escapar. Lotis pidió a Zeus
(Júpiter), el dios del Cielo y la Tierra, que la transformara en una
planta (flor de Loto). Es el único intento de aventura de Priapo.
LeStAt- Piltrafilla
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Re: La mitología griega
Epa!, que buen hilo!!!!!!, me encanta la mitologia griega!.
Con su permiso, quisiera colaborar rindiendo tributo a una de las divinidades más interesantes, al que en el fondo vengo considerando desde hace años mi propio dios tutelar:
APOLO
Tal vez uno de los personajes más eclecticos de todo el panteón, se le veneraba desde múltiples advocaciones, en tanto rector del oráculo (Apolo pityos), de las ciencias y las artes (Apolo Musageta), en tanto auriga del carro solar (Apolo Helios, a partir del S. III), etc. etc.
Hijo de Zeus y Leto, vió la luz en la isla de Delos (por entonces semoviente, hasta que Zeus decidió anclarla en su actual posición). Leto se vió obligada a utilizar este lugar porque Hera, celosa de sus amoríos con Zeus, había prohibido que diera a luz en tierra firme, secuestrando, incluso, a la diosa de los partos (Llitia) para evitar el feliz termino del mismo. Sin embargo, al decir de algunos mitógrafos, Leto contó con la ayuda de Artemis, nacida del mismo vientre en la isla de Ortygia el día anterior.
Durante su juventud, Apolo dió muerte a la serpiente-dragón Pitón, a quien Hera había enviado en persecución de su madre. La proeza se produjo en Delfos, junto a la fuente de Castalia, que emitía gases que favorecían la visión oracular. De esta manera se convierte en Pityos, el regente del oráculo.
Las Musas y las Horas formaban parte de su cortejo, y era el director del coro de la naturaleza, motivo por el cual Hermes creó para él la lira, que es uno de sus símbolos principales. También se le reconoce como dios de la medicina, a la que practicaba en forma personal o a través de su hijo Asclepio (el Esculapio romano).
Muy relacionado con las artes, no podía estar ausente del teatro y la oratoria, y era bien sabido por los actores griegos que al resultarle agradable la ofrenda previa, Apolo unía a todos los oyentes con una hebra de oro y colocaba los extremos en manos del intérprete.
La mejor manera de invocarle era a través de los himnos cantados en su honor, llamados peanes, que podían consistir también en el acto de envolver en música los pesares para que el dios los tomara consigo y se los llevase.
En la época clásica, Apolo llegó a simbolizar la armonía, el orden y la razón (la Diké), opuestas a las características de Dionisos, que el hombre griego asumía como opuestas complementarias. De allí provienen los términos Apolíneo y Dionisíaco, y la identificación de esta pareja hermanada en las artes. También se le relaciona con el centro, el punto medio (es to mesón), símbolo enormemente importante en el mundo heleno, que no solo representa la moderación sino también la "cosa pública". Esta identificación deviene de la costumbre del ejército de reunirse en rondas y colocar el botín en el centro, espacio en el cual era de todos, y sus elementos sólo pertenecían al individuo al serles adjudicados, quitándolos de allí. Del mismo modo el orador se ubicaba en medio (to mesón) para pronunciar cualquier discurso de interés general. Apolo termina siendo la síntesis, en tanto Mesón, de la cuestión pública y de la oratoria política, de lo legal y del mismo estado democrático.
En la actualidad se le sigue venerando en la corriente religiosa Neohelenista.
Con su permiso, quisiera colaborar rindiendo tributo a una de las divinidades más interesantes, al que en el fondo vengo considerando desde hace años mi propio dios tutelar:
APOLO
Tal vez uno de los personajes más eclecticos de todo el panteón, se le veneraba desde múltiples advocaciones, en tanto rector del oráculo (Apolo pityos), de las ciencias y las artes (Apolo Musageta), en tanto auriga del carro solar (Apolo Helios, a partir del S. III), etc. etc.
Hijo de Zeus y Leto, vió la luz en la isla de Delos (por entonces semoviente, hasta que Zeus decidió anclarla en su actual posición). Leto se vió obligada a utilizar este lugar porque Hera, celosa de sus amoríos con Zeus, había prohibido que diera a luz en tierra firme, secuestrando, incluso, a la diosa de los partos (Llitia) para evitar el feliz termino del mismo. Sin embargo, al decir de algunos mitógrafos, Leto contó con la ayuda de Artemis, nacida del mismo vientre en la isla de Ortygia el día anterior.
Durante su juventud, Apolo dió muerte a la serpiente-dragón Pitón, a quien Hera había enviado en persecución de su madre. La proeza se produjo en Delfos, junto a la fuente de Castalia, que emitía gases que favorecían la visión oracular. De esta manera se convierte en Pityos, el regente del oráculo.
Las Musas y las Horas formaban parte de su cortejo, y era el director del coro de la naturaleza, motivo por el cual Hermes creó para él la lira, que es uno de sus símbolos principales. También se le reconoce como dios de la medicina, a la que practicaba en forma personal o a través de su hijo Asclepio (el Esculapio romano).
Muy relacionado con las artes, no podía estar ausente del teatro y la oratoria, y era bien sabido por los actores griegos que al resultarle agradable la ofrenda previa, Apolo unía a todos los oyentes con una hebra de oro y colocaba los extremos en manos del intérprete.
La mejor manera de invocarle era a través de los himnos cantados en su honor, llamados peanes, que podían consistir también en el acto de envolver en música los pesares para que el dios los tomara consigo y se los llevase.
En la época clásica, Apolo llegó a simbolizar la armonía, el orden y la razón (la Diké), opuestas a las características de Dionisos, que el hombre griego asumía como opuestas complementarias. De allí provienen los términos Apolíneo y Dionisíaco, y la identificación de esta pareja hermanada en las artes. También se le relaciona con el centro, el punto medio (es to mesón), símbolo enormemente importante en el mundo heleno, que no solo representa la moderación sino también la "cosa pública". Esta identificación deviene de la costumbre del ejército de reunirse en rondas y colocar el botín en el centro, espacio en el cual era de todos, y sus elementos sólo pertenecían al individuo al serles adjudicados, quitándolos de allí. Del mismo modo el orador se ubicaba en medio (to mesón) para pronunciar cualquier discurso de interés general. Apolo termina siendo la síntesis, en tanto Mesón, de la cuestión pública y de la oratoria política, de lo legal y del mismo estado democrático.
En la actualidad se le sigue venerando en la corriente religiosa Neohelenista.
Ader- N00B
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