Anita Delgado, La Maharajaní de Kapurtala

Anita Delgado Briones fue una malagueña que llegó a ser Princesa de Kapurtala, llegando a vivir en lujosos palacios orientales como los vistos en “Las mil y una noches”; rodeada por los mas exquisitos y caros regalos y las mas fabulosas joyas que le obsequiaba su enamorado marido, el Marajá de Khapurtala.

Anita Delgado, nació en la malagueña calle Peña, el 8 de febrero de 1890 y falleció en Madrid el 7 de julio de 1962. Era una cantante de cuplés de principios del siglo XX. Hija de Ángel Delgado y Candelaria Briones, que dirigían un pequeño café, La Castaña, en el que la niña, junto a su hermana
Victoria, muy pronto mostró sus inquietudes artísticas. Comenzaron a asistir a clases de interpretación. El interés de Anita por las clases hizo que sus padres renovaran la matricula, a pesar de su mala posición financiera. Finalmente la situación se hizo insostenible y decidieron emigrar a Madrid.

En Madrid debuto como telonera en el café-concierto Central-Kursaal, a pesar del enfado de su padre. A este local acudían muchos intelectuales y artistas, entre los que se encontraban los pintores Julio Romero de Torres y Ricardo Baroja que pidieron a las dos hermanas posaran para ellos. Anita, que por entonces tenía 16 años, no aceptó la petición, pero sí lo hizo su hermana Victoria.. y por allí pasaba un príncipe Hindú.

El 31 de mayo de 1906 el Rey de España, Alfonso XIII, se casa con la princesa Victoria Eugenia de Battenberg. A la celebración acudieron en Madrid representantes de la nobleza de todas las dinastías del mundo, entre ellos el Maharajá de Kapurtala (India), Jegait Singh, con treinta y cuatro años y un harén de ciento veinte mujeres.

Una noche, el joven Maharajá, decidió asistir a un café-teatro, el Central-Kursaal, y allí cayo enamorado de una bella bailarina de tan solo 16 años llamada Anita Delgado. Dicen que el pronto intento que la joven se relacionara con él, pero fue rechazado con vehemencia andaluza por la joven y bella muchacha.

El escritor Valle-Inclán , el pintor Julio Romero de Torres, Ricardo Baroja y un grupo de asiduos tertulianos que se reunían frecuentemente en este café-teatro decidieron hacer de celestinos y escribieron una carta al Maharajá de Kapurtala, cuando éste ya había regresado a París, dando explicación de las condiciones en las que Anita Delgado aceptaría a casarse con él. Era solo una broma de intelectuales que desemboco en la boda de Anita Delgado con el Maharajá el día 28 de enero de 1908.


La ceremonia estuvo a la altura de tan digno novio, y la novia acudió a lomos de un elefante indio, lujosamente engalanado. Pronto se convirtieron en una pareja de moda -al estilo de los Beckam de la epoca- y sus viajes a través de Europa, Estados Unidos y América eran sonados y ya entonces los paparazzi les perseguían por doquier. Los regalos de su marido eran exquisitos y la agasajaba con las mejores joyas, como la esmeralda de media luna que llevaba en la frente el elefante más veterano del palacio, de la que la andaluza se había encaprichado.

Hacia 1918, tras la primera guerra mundial, el matrimonio sufrió una crisis, llegando pronto a la separación. Regreso a España con una sobrina, mientras su único hijo, Ajit, se quedó en la India. Luego Anita se instalo en París con su pequeño hijo nacido unos años antes. En París asiste a bailes y fiestas y cenas de gala, donde lleva una vida divertida y bastante díscola. Anita vivió lujosamente en su piso de la Avenida de Víctor Hugo gracias a la muy generosa pensión que recibió de su ex-marido el Maharaja indio.

Años más tarde fue fotografiada junto a su amante y amigo, Ginés Rodríguez, que fue su secretario personal cuando Anita residía en los palacios reales en Kapurthala. Se especuló sobre el motivo de la separación entre Anita Delgado y su esposo y se decia que se debió al amor ilícito que tuvo con uno de los numerosos hijos del Maharaja. Al finalizar la guerra civil Anita se volvió a vivir a Madrid donde disfruto del a vida muy holgadamente gracias a los dineros que recibía puntualmente de su ex-esposo, que deseaba que esta viviera como una princesa.

Cuando podía viajar a Europa, el hijo del Maharajá (y amante de Anita), pasaba a visitarla, viviendo los dos un gran idilio de amor que jamás pudo llegar más allá de aquellos encuentros esporádicos y completamente secretos. La muerte de su ex marido acaeció en 1949 afectándole a Anita muy profundamente.

Anita Delgado falleció en 1962 en su gran piso de Madrid debido a sus problemas cardiacos. En la actualidad, una sobrina nieta, vive aun en la India. No llegó a conocer a Anita Delgado, pero sí a su hijo, Ajit, que falleció el 4 de mayo de 1982 en Nueva Delhi tras una penosa enfermedad.

Impresionante esta historia.
Pienso que la diferencia de edad, hizo que ella buscara otras relaciones, pero evidentemente le pesó a la hora de la muerte del Maharajá, ahí le vino el sentimiento de culpa y le afectó profundamente su muerte.
En lo personal no pagaría ese precio por una vida de las Mil y una Noche.
Muy bueno Enrique.

Ya esto lo ví en un documental en la tele y la verdad es que Anita se lo montó muy bien con el marajá ( aunque a mí me dió mejor resultado ), pero ya se me había olvidado, como siempre eenriquee parece que me adivinas el pensamiento...

Una anécdota interesante es que Anita regaló un manto a la Virgen de la Victoria de Málaga, aunque nunca fue puesto sobre ella, debido a los perjuicios de la época, al no estar clara la confesión a la que pertenecía Anita en esos momentos, ya que parece que renuncia anteriormente a la fe católica, aunque ella reposa en la sacramental de San Justo, teniendo problemas su hijo para enterrar a su madre allí, aunque al final convence al clero y desde el 07 de julio de 1962 descansa en ese lugar, así que no creo que fuese para tanto la negativa a ponerle el manto a la Virgen con ese argumento.

El manto, conocido durante décadas en Málaga como el manto de la infiel lo estrenó la Virgen de Los Dolores de la Expiración, pero esa ya es otra historia.


Gracias marina y mahal

Conocí en una iglesi de Málaga a la Virgen de los Dolores de la Expiración y es bellísima.