Tell el Amarna: Capital del faraón Akhenatón
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Tell el Amarna: Capital del faraón Akhenatón
Tell el Amarna: Capital del faraón Akhenatón
Cuando Amenofis IV llegó al trono, Egipto se encontraba en la cumbre de su poder. Ya no se trataba de una monarquía patriarcal casi replegada sobre sí misma, sino que ahora el país y el reino, uno de los más vastos que jamás hubieran visto los soberanos de la época de las pirámides, estaba abierta al mundo exterior.
Así, comercia con Mesopotamia, Chipre y Creta y sus navíos llegaban hasta el lejano Punt (tal vez las costas de Somalia) en busca de marfil y ébano.
El ejército también había evolucionado. Así, el caballo había sido introducido en el valle de El Nilo hacia el siglo XVII a. C. y la guerra es apoyada por carros, que podían trasladar mayor número de hombres y armamento. Así, la dominación egipcia había sometido a los príncipes sirios y palestinos y los ejércitos del faraón habían llegado al Eufrates.
Por todo el país se inician obras y se multiplican de esta manera las construcciones, haciendo de la capital del reino, Tebas, una ciudad fabulosa. El dios de la ciudad y de la Dinastía, Amón, está asociado con el sol, Ra, y se convierte en el dios del imperio y se le consagra el templo de Karnak, que fue una de las más vastas construcciones religiosas de la historia. El clero de Amón, en el tiempo de Amenofis IV, había tomado una importancia tan grande que empezaba a preocupar al soberano.
Tal vez como reacción a este nuevo poder que se conformaba como un estado dentro del Estado y que tenía su centro en el templo del dios en Tebas empezó en aquel tiempo a surgir un movimiento que pretendía volver a las antiguas formas de culto: el dios Ra de Heliópolis, la antigua metrópoli sagrada, vuelve a gozar de favor y empieza a verse grabado el nombre de Atón por multitud de lugares, siendo al principio sólo otra forma de Ra.
Cuando sube al poder Amenofis IV estalla la verdadera revolución. Se cambia el nombre por el de Akhenatón (”El que complace a Atón). Cierra los templos de Amón y hace borrar de las piedras de todo el país el nombre del dios execrado. El cambio afectó también a la estética: Akhenatón alienta a los artistas a que se deshagan de los convencionalismos anteriores y a que representen la nueva visión del mundo de una manera diferente.
El sueño de Akhenatón se manifestó sobre todo en su nueva capital, Amarna. Tebas estaba demasiado llena de la presencia de Amón y decidió trasladarse a otro lugar, virgen de las nuevas creencias. El rey eligió un emplazamiento en la orilla derecha de El Nilo, casi a la misma distancia de Tebas que de Menfis .Se trataba de un vasto circo de 12 kilómetros de longitud por cinco de altura, limitado al este por un farallón cuyos extremos norte y sur llegaban casi hasta el río. El rey abandonó Tebas aproximadamente en el sexto año de su reinado con su esposa, Nefertiti, que apoyó al rey e, incluso como se nos muestra en muchas de las obras de la época, tenía el mismo peso en las decisiones que él, con su familia y sus partidarios.
Los arquitectos de Amarna, que construían sobre un enorme solar sin el menor impedimento, planearon de una manera notable el barrio oficial (en el centro) de la ciudad, cuya reconstrucción hace pensar en el urbanismo de nuestros días. Las dos construcciones más modernas eran el palacio oficial y el gran templo de Atón, del que se edificó primero un santuario situado al este. La vía real daba acceso a los principales edificios, mientras que un puente unía el palacio y la residencia privada. Importantes almacenes se extendían al sur del gran templo y del templo real. Al este de la residencia del rey se encontraba el edificio de los archivos, en el que se han encontrado tablillas grabadas, conocidas como “Cartas de El Amarna”. Eran misivas enviadas al faraón por sus vasallos de Asia.
Fuera de la ciudad, al este, cerca de los acantilados, estaba el pueblo de los obreros de la necrópolis, pues fue allí donde se excavaron las tumbas de Amarna. El pueblo tenía una planta muy regular: cinco callejuelas separaban hileras de casas construidas en medianería, todas iguales, a excepción de la del jefe de los obreros, algo mayor. La pequeña comunidad de trabajadores vivía totalmente apartada del resto de la ciudad. En Amarna, también conocida como Akhetaton, no faltaba sitio para construir y los barrios residenciales se extendían muy al sur y al norte de la ciudad oficial. Así, la casa de Nakht visir o jefe de la administración, se encontraba a kilómetros de la casa real y por la ciudad se circulaba en carro.
Lo cierto es que la hermosa Ciudad del Sol no duró más de quince años, mientras vivió Akhenatón. Poco después de su muerte, el joven Tutankhatón (posteriormente el famoso Tutankhamón), se casó con la hija de Akhenatón, subió al poder y volvió a la religión de sus antepasados y terminó su reinado en Tebas.
Siguieron años revueltos en los que Amarna fue totalmente abandonada y destruida, para destruir con ella el recuerdo de la herejía de Akhenatón. Pero por una extraña ironía, la ciudad odiada es la única de la que se puede forjar hoy una idea clara. Mientras que en las demás ciudades egipcias se construía sobre antiguas edificaciones. En Amarna, construida donde no llegasen inundaciones y sin más moradores desde aquel momento, se han conservado tanto la mayor parte de sus edificios como de las muestras del arte revolucionario que intentaron llevar a cabo Akhenatón y su reina, Nefertiti.
Es que he visto un documental sobre esto y es muy interesante....
Cuando Amenofis IV llegó al trono, Egipto se encontraba en la cumbre de su poder. Ya no se trataba de una monarquía patriarcal casi replegada sobre sí misma, sino que ahora el país y el reino, uno de los más vastos que jamás hubieran visto los soberanos de la época de las pirámides, estaba abierta al mundo exterior.
Así, comercia con Mesopotamia, Chipre y Creta y sus navíos llegaban hasta el lejano Punt (tal vez las costas de Somalia) en busca de marfil y ébano.
El ejército también había evolucionado. Así, el caballo había sido introducido en el valle de El Nilo hacia el siglo XVII a. C. y la guerra es apoyada por carros, que podían trasladar mayor número de hombres y armamento. Así, la dominación egipcia había sometido a los príncipes sirios y palestinos y los ejércitos del faraón habían llegado al Eufrates.
Por todo el país se inician obras y se multiplican de esta manera las construcciones, haciendo de la capital del reino, Tebas, una ciudad fabulosa. El dios de la ciudad y de la Dinastía, Amón, está asociado con el sol, Ra, y se convierte en el dios del imperio y se le consagra el templo de Karnak, que fue una de las más vastas construcciones religiosas de la historia. El clero de Amón, en el tiempo de Amenofis IV, había tomado una importancia tan grande que empezaba a preocupar al soberano.
Tal vez como reacción a este nuevo poder que se conformaba como un estado dentro del Estado y que tenía su centro en el templo del dios en Tebas empezó en aquel tiempo a surgir un movimiento que pretendía volver a las antiguas formas de culto: el dios Ra de Heliópolis, la antigua metrópoli sagrada, vuelve a gozar de favor y empieza a verse grabado el nombre de Atón por multitud de lugares, siendo al principio sólo otra forma de Ra.
Cuando sube al poder Amenofis IV estalla la verdadera revolución. Se cambia el nombre por el de Akhenatón (”El que complace a Atón). Cierra los templos de Amón y hace borrar de las piedras de todo el país el nombre del dios execrado. El cambio afectó también a la estética: Akhenatón alienta a los artistas a que se deshagan de los convencionalismos anteriores y a que representen la nueva visión del mundo de una manera diferente.
El sueño de Akhenatón se manifestó sobre todo en su nueva capital, Amarna. Tebas estaba demasiado llena de la presencia de Amón y decidió trasladarse a otro lugar, virgen de las nuevas creencias. El rey eligió un emplazamiento en la orilla derecha de El Nilo, casi a la misma distancia de Tebas que de Menfis .Se trataba de un vasto circo de 12 kilómetros de longitud por cinco de altura, limitado al este por un farallón cuyos extremos norte y sur llegaban casi hasta el río. El rey abandonó Tebas aproximadamente en el sexto año de su reinado con su esposa, Nefertiti, que apoyó al rey e, incluso como se nos muestra en muchas de las obras de la época, tenía el mismo peso en las decisiones que él, con su familia y sus partidarios.
Los arquitectos de Amarna, que construían sobre un enorme solar sin el menor impedimento, planearon de una manera notable el barrio oficial (en el centro) de la ciudad, cuya reconstrucción hace pensar en el urbanismo de nuestros días. Las dos construcciones más modernas eran el palacio oficial y el gran templo de Atón, del que se edificó primero un santuario situado al este. La vía real daba acceso a los principales edificios, mientras que un puente unía el palacio y la residencia privada. Importantes almacenes se extendían al sur del gran templo y del templo real. Al este de la residencia del rey se encontraba el edificio de los archivos, en el que se han encontrado tablillas grabadas, conocidas como “Cartas de El Amarna”. Eran misivas enviadas al faraón por sus vasallos de Asia.
Fuera de la ciudad, al este, cerca de los acantilados, estaba el pueblo de los obreros de la necrópolis, pues fue allí donde se excavaron las tumbas de Amarna. El pueblo tenía una planta muy regular: cinco callejuelas separaban hileras de casas construidas en medianería, todas iguales, a excepción de la del jefe de los obreros, algo mayor. La pequeña comunidad de trabajadores vivía totalmente apartada del resto de la ciudad. En Amarna, también conocida como Akhetaton, no faltaba sitio para construir y los barrios residenciales se extendían muy al sur y al norte de la ciudad oficial. Así, la casa de Nakht visir o jefe de la administración, se encontraba a kilómetros de la casa real y por la ciudad se circulaba en carro.
Lo cierto es que la hermosa Ciudad del Sol no duró más de quince años, mientras vivió Akhenatón. Poco después de su muerte, el joven Tutankhatón (posteriormente el famoso Tutankhamón), se casó con la hija de Akhenatón, subió al poder y volvió a la religión de sus antepasados y terminó su reinado en Tebas.
Siguieron años revueltos en los que Amarna fue totalmente abandonada y destruida, para destruir con ella el recuerdo de la herejía de Akhenatón. Pero por una extraña ironía, la ciudad odiada es la única de la que se puede forjar hoy una idea clara. Mientras que en las demás ciudades egipcias se construía sobre antiguas edificaciones. En Amarna, construida donde no llegasen inundaciones y sin más moradores desde aquel momento, se han conservado tanto la mayor parte de sus edificios como de las muestras del arte revolucionario que intentaron llevar a cabo Akhenatón y su reina, Nefertiti.
Es que he visto un documental sobre esto y es muy interesante....
Mahal- Profesional
- Cantidad de envíos : 19084
premio I :
premios ganados : firma de Halloween 2010
Fecha de inscripción : 10/10/2008
Re: Tell el Amarna: Capital del faraón Akhenatón
Mahal la verdad es que sí es muy interesante este tema!
Y uno lee esto y piensa que retrocedamos o avancemos en la historia, siempre topamos con el poder: sea del estado, del rey, de los dioses, de la iglesia. Cómo los líderes o los colectivos sociales hacen avanzar o retroceder a las sociedades y en ese devenir nos dejan tanto material para investigar.Eso es lo que me gusta!
Y uno lee esto y piensa que retrocedamos o avancemos en la historia, siempre topamos con el poder: sea del estado, del rey, de los dioses, de la iglesia. Cómo los líderes o los colectivos sociales hacen avanzar o retroceder a las sociedades y en ese devenir nos dejan tanto material para investigar.Eso es lo que me gusta!
marina- Amateur
-
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premio I :
premios ganados : 1
Fecha de inscripción : 17/03/2009
Re: Tell el Amarna: Capital del faraón Akhenatón
La verdad es que si, es muy interesante, tambien hay otro documental sobre las reinas de Amarna y el Valle de los reyes sobre las momias que han encontrado que es apasionante.Sobre todo lo que concierne a Nefertiti.
Mahal- Profesional
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premio I :
premios ganados : firma de Halloween 2010
Fecha de inscripción : 10/10/2008
Re: Tell el Amarna: Capital del faraón Akhenatón
Akenatón fue el primer reformador religioso del que se tenga noticia. El cambio radical que sometió a Egipto es conocido entre los historiadores como Periodo de Armana. El cambio no solo fue religioso, sino también político y artístico.
Akenatón dio comienzo a una era en la que debían reinar la verdad y la justicia. Entre otras cosas liberó a multitud de esclavos, aboliendo su propio harén.
Sus leyes eran populares, pues tenían en cuenta la condición humana de la persona juzgada, aunque fuera alguien humilde.
Fue el primer reformador religioso que se acercó a las masas populares. Trató de cambiar las duras condiciones de vida de los campesinos, aconsejando también a las mujeres pobres que solo tuvieran dos hijos. Este primitivo control de la natalidad fue algo revolucionario.
Prohibió la caza y la pesca indiscriminada. Así mismo hizo construir una cocina en cada vivienda, antes se cocinaba en la calle, e instalar baños en los fondos de las casas, antes se utilizaba un rincón de cualquier esquina.
Prohibió que seres humanos y animales viviesen en la misma habitación e hizo construir conjuntos de vivienda humildes para los trabajadores, entre otras muchísimas cosas.
Saludos
Akenatón dio comienzo a una era en la que debían reinar la verdad y la justicia. Entre otras cosas liberó a multitud de esclavos, aboliendo su propio harén.
Sus leyes eran populares, pues tenían en cuenta la condición humana de la persona juzgada, aunque fuera alguien humilde.
Fue el primer reformador religioso que se acercó a las masas populares. Trató de cambiar las duras condiciones de vida de los campesinos, aconsejando también a las mujeres pobres que solo tuvieran dos hijos. Este primitivo control de la natalidad fue algo revolucionario.
Prohibió la caza y la pesca indiscriminada. Así mismo hizo construir una cocina en cada vivienda, antes se cocinaba en la calle, e instalar baños en los fondos de las casas, antes se utilizaba un rincón de cualquier esquina.
Prohibió que seres humanos y animales viviesen en la misma habitación e hizo construir conjuntos de vivienda humildes para los trabajadores, entre otras muchísimas cosas.
Saludos
eenriquee- Enteradillo
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